"La inversión en el tranvía ha sido muy potente y no hay marcha atrás"
El delegado del Gobierno asegura que el tranvía pasará a pasar del estado lastimoso que presentan las calles perpendiculares al trazado.
“Este medio de transporte va a funcionar y ya no hay marcha atrás. Se ha realizado una inversión muy potente e incluso ya se ha contratado toda la maquinaria para que el tranvía sea una realidad. Yo sé que hay mucha gente que se muestra escéptica, algo lógico y más en los tiempos que corren, pero una administración como la Junta no se va a echar atrás, y menos cuando la casi práctica totalidad de la obra ya ha sido adjudicada”.
Eso es lo que asegura el delegado del Gobierno andaluz en Cádiz, el socialista Manuel Jiménez Barrios, insistiendo en lo que la Junta insiste y los ciudadanos no se creen. Quizá porque la Junta -sus representantes- no pasean por la calle Real y los ciudadanos sí la sufren. “Los muchos que no nos creyeron cuando a finales del pasado mes de diciembre dijimos que íbamos a quitar las vallas que restaban en la calle Real. Al final hemos cumplido y las hemos retirado”, dice Jiménez Barrios.
El socialista considera que, a partir de ahora, lo que toca es “trabajar para que la calle Real se convierta en el motor económico que San Fernando necesita y que venga mucha gente montada en los trenes-tranvía para conocer esta ciudad. Estoy plenamente convencido de que lo que estoy diciendo se va a convertir en una realidad”.
La realidad, sin embargo, dista mucho del proyecto que se vendió en esa oficina que durante dos largos años estuvo en la calle Real, casi en la esquina con la calle Dolores, una de las transversales más castigadas por el tráfico.
Las reuniones de la comisión Ayuntamiento-Junta para terminar la obra interminable sigue sin llegar a acuerdo alguno sobre lo que al parecer se considera ya accesorio, la adecuación de las calles transversales -una vez que el PA tiró el balón del cableado eléctrico fuera del campo y le pasó la factura a los ciudadanos-, amén de los fallos de terminación de lo terminado. Y eso que los trabajadores eran especialistas en su cometido traídos de un país vecino y de la lejana Galicia.
Desde Borrego hasta la rotonda de la Venta de Vargas, los vehículos que atraviesan la calle Real tienen que sortear, en algunos casos, desniveles que dañan los bajos de los vehículos y que además de las irregularidades materiales hacen persistir en la creencia de la Junta miente cuando dice que la obra está terminada. Es una simple comparación entre la palabra escrita y el escalón de las calles.
Los errores en la construcción, propios en cualquier obra de ese calibre, no serían un motivo de discusión si no fueran tan grandes y, sobre todo, si se hubieran ido atajando en el momento en que se iban conociendo. Sin embargo, los problemas judiciales de la obra, primero, y los ya confesable económicos, han terminado por crear el clima menos propicio para que la Junta anuncie novedades en un proyecto en el que casi nadie cree.
Vecinos molestos
Mientras tanto, los representantes vecinales, que desde que comenzaron las obras creyeron que pertenecían a una comisión de seguimiento del proyecto que sólo se reunió para su constitución y luego desapareció de la vida pública.
La Federación de AAVV Isla de León ha alertado de los encuentros entre Ayuntamiento y Junta de Andalucía, para tratar las obras de la calle Real y han expresado su malestar por la “falta de información que tenemos de dichos encuentros, a la vez que todos los componentes de la Comisión de Seguimiento de las Obras de la Calle Real”.
Los vecinos dice que “están faltando al compromiso que ambas Administraciones contrajeron en mantener puntualmente informado a toda la Comisión del contenido de las reuniones”.
Los vecinos reclaman el nudo de la Ardila, los aparcamientos de la Venta de Vargas, los semáforos junto a las viviendas cercanas al Puente Zuazo, completar el mobiliario urbano, la terminación de la siembra de árboles en la zona de Borrego y un largo etcétera. O sea...
Eso es lo que asegura el delegado del Gobierno andaluz en Cádiz, el socialista Manuel Jiménez Barrios, insistiendo en lo que la Junta insiste y los ciudadanos no se creen. Quizá porque la Junta -sus representantes- no pasean por la calle Real y los ciudadanos sí la sufren. “Los muchos que no nos creyeron cuando a finales del pasado mes de diciembre dijimos que íbamos a quitar las vallas que restaban en la calle Real. Al final hemos cumplido y las hemos retirado”, dice Jiménez Barrios.
El socialista considera que, a partir de ahora, lo que toca es “trabajar para que la calle Real se convierta en el motor económico que San Fernando necesita y que venga mucha gente montada en los trenes-tranvía para conocer esta ciudad. Estoy plenamente convencido de que lo que estoy diciendo se va a convertir en una realidad”.
La realidad, sin embargo, dista mucho del proyecto que se vendió en esa oficina que durante dos largos años estuvo en la calle Real, casi en la esquina con la calle Dolores, una de las transversales más castigadas por el tráfico.
Las reuniones de la comisión Ayuntamiento-Junta para terminar la obra interminable sigue sin llegar a acuerdo alguno sobre lo que al parecer se considera ya accesorio, la adecuación de las calles transversales -una vez que el PA tiró el balón del cableado eléctrico fuera del campo y le pasó la factura a los ciudadanos-, amén de los fallos de terminación de lo terminado. Y eso que los trabajadores eran especialistas en su cometido traídos de un país vecino y de la lejana Galicia.
Desde Borrego hasta la rotonda de la Venta de Vargas, los vehículos que atraviesan la calle Real tienen que sortear, en algunos casos, desniveles que dañan los bajos de los vehículos y que además de las irregularidades materiales hacen persistir en la creencia de la Junta miente cuando dice que la obra está terminada. Es una simple comparación entre la palabra escrita y el escalón de las calles.
Los errores en la construcción, propios en cualquier obra de ese calibre, no serían un motivo de discusión si no fueran tan grandes y, sobre todo, si se hubieran ido atajando en el momento en que se iban conociendo. Sin embargo, los problemas judiciales de la obra, primero, y los ya confesable económicos, han terminado por crear el clima menos propicio para que la Junta anuncie novedades en un proyecto en el que casi nadie cree.
Vecinos molestos
Mientras tanto, los representantes vecinales, que desde que comenzaron las obras creyeron que pertenecían a una comisión de seguimiento del proyecto que sólo se reunió para su constitución y luego desapareció de la vida pública.
La Federación de AAVV Isla de León ha alertado de los encuentros entre Ayuntamiento y Junta de Andalucía, para tratar las obras de la calle Real y han expresado su malestar por la “falta de información que tenemos de dichos encuentros, a la vez que todos los componentes de la Comisión de Seguimiento de las Obras de la Calle Real”.
Los vecinos dice que “están faltando al compromiso que ambas Administraciones contrajeron en mantener puntualmente informado a toda la Comisión del contenido de las reuniones”.
Los vecinos reclaman el nudo de la Ardila, los aparcamientos de la Venta de Vargas, los semáforos junto a las viviendas cercanas al Puente Zuazo, completar el mobiliario urbano, la terminación de la siembra de árboles en la zona de Borrego y un largo etcétera. O sea...
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