Las recreaciones históricos de la Guardia Salinera, acompañada de la Asociación Napoleónica Española a la que pertece -lo cual es un activo importante ganado a pulso- han contado con la presencia de miles de personas que han aplaudido la seriedad y el rigor de que revisten todas sus actuaciones. Lo que pretende, lejos de intereses espurios vistos desde ciertos sectores, es dar vida al patrimonio histórico recuperado, hacer que la gente lo vea como fue hace 200 años, con los mismos uniformes y los mismos isleños. En este caso, defendiéndolo del abandono, la peor enfermedad para esa millonaria inversión pública.
—Es el coordinador y cabeza visible de la Guardia Salinera y constantemente de actualidad por la lucha por el patrimonio, las actividades que desarrollan que son únicas en San Fernando y por la pretensión de extender esas actividades a los enclaves históricos que se han recuperado, Real Carenero y Castillo de Sancti Petri. ¿Cómo están las cosas?
—Pues como se ha podido ver en la prensa, a principios de 2011 comenzamos un camino en la línea de recreaciones históricas como continuidad a las que hacemos en San Fernando y que es lo que hace que la Guardia Salinera exista, y dar continuidad al Bicentenario y a este patrimonio histórico que se ha restaurado.
—Llegaron ustedes con retraso porque creían que las competencias eran municipales y en realidad eran de la Junta.
—Con siete meses de retraso y desde meses antes había dos empresas que habían solicitado la gestión. De todas formas hicimos la solicitud pero se nos desestimó. En diciembre, cuando cumplía la concesión, nos acercamos por la Junta de Andalucía porque nos habían dicho que acabada la concesión se procedería a un concurso más amplio y con una publicidad previa pero nos dijeron que se iba a demorar de nuevo.
—Resumiendo para no contar lo que ya hemos contado, la Junta cree que es Costa la que tiene que hacer el pliego de condiciones, hay una serie de competencias que se solapan, hay empresas que ya tuvieron la gestión y supongo que optarán a ella, una asociación cultural que también la quiere, aunque no sé si está facultada para entrar en el campo de las empresas. Partiendo del mes de enero, ¿qué se puede hacer?
—En diciembre entregamos toda la documentación que teníamos al Defensor del Pueblo, que la ha admitido a trámite, para que responda a las dudas de la Junta de Andalucía sobre si una asociación sin ánimo de lucro puede hacerse cargo de la gestión, que nosotros tenemos muy claro que sí. Estamos a la espera de ese dictamen.
—Todavía no saben si están cualificados.
—Nosotros sabemos que sí. No es habitual que una asociación entre en estos temas, pero nosotros lo hemos iniciado y estamos a la espera de que se resuelva esa controversia en estas semanas.
—La Junta de Andalucía ha contestado que a la espera de que Costas haga ese pliego de condiciones de mucha más duración que permita a los concesionarios realizar obras de adecuación para poder acceder, que ahora mismo es difícil y peligroso, como puede atestiguar Gaspar Zarrías, va a proceder a una nueva concesión provisional intentando conjugar varios proyectos en uno. Dice, aunque sin decirlo, algo así como que el sistema del año pasado puede funcionar aunque también con la Guardia Salinera. ¿Cómo lo ven ustedes?
—Positivo. Me hubiera gustado que hace un año estuviéramos en el punto que estamos ahora porque hemos perdido un año. No buscamos hacernos cargo del castillo por nuestra cuenta porque hace falta mantenimiento, vigilancia, transporte… Es totalmente compatible con integrar a todas las entidades interesadas en la gestión.
—Pero el año pasado dijeron que no.
—Dijeron que no y no hicieron lo que quieren hacer en este momento, que va a salir publicitado en la web, en el Boletín Oficial de la Provincia que es lo que nosotros cuestionábamos, que no se hubiera hecho así desde el principio.
—¿Han establecido ustedes conversaciones con las posibles empresas que puedan optar a la concesión? Por que ustedes en realidad lo que quieren es potenciar el patrimonio, darle un contenido, pero no van con aspiraciones de empresa. ¿O sí?
—En principio el modelo de nuestra entidad, que es sin ánimo de lucro, es la misma planificación que establece el Ayuntamiento de San Fernando en verano para la playa con Protección Civil. Se está dando un servicio de seguridad y vigilancia en la playa que lo podía dar una empresa privada, aunque sería más costoso. El Ayuntamiento se decidió por una agrupación de voluntarios apoyándose en la Ley del Voluntariado, que es la misma por la que se rige la Guardia Salinera. Ese es el modelo que aplicamos, no hay personal contratado y a todo lo más tiene unas dietas para cubrir los gastos. Pero una entidad sin ánimo de lucro tiene otra vía, porque lo único que la diferencia de una empresa es que los beneficios que genere una actividad los tiene que reinvertir en esa actividad. Ese es el matiz y lo que hemos trasladado al Defensor del Pueblo, aunque nosotros lo hacemos compatible con otra empresa que tendrá que aportar otros recursos para la vigilancia y el mantenimiento que conlleva una inversión.
—La duda que yo veo sobre la posibilidad de un acuerdo entre las empresas que llevaban la gestión el año pasado es que la Guardia Salinera ha presentado un proyecto completo con una empresa de transporte, con lo que está compitiendo en todos los frentes con las empresas que estaban el año pasado y que me supongo que partirán con ventaja por eso de que el que da primero da dos veces.
—Viendo el ambiente que hay ahora mismo, que se quiere intentar encajar todas las propuestas, por nuestra parte estamos en esa idea y nuestro interés es que el castillo esté funcionando. No queremos estar solos y menos en una época en la que las empresas tienen que moverse y funcionar. Pero queremos participar, igual que hemos participado antes en el Bicentenario queremos estar disfrutando de lo que nos gusta y en un entorno que es el suyo, que es histórico.
—Por decirlo de alguna forma, la pretensión de la Guardia Salinera es divulgar la parte histórica, independientemente de que pueda tener algunos beneficios que reinvierte en su propio patrimonio. Porque lo que quizá no sabe la gente es que todo lo que tiene la Guardia Salinera lo ha comprado la asociación con su esfuerzo.
—El patrimonio del que disponemos desde 2006 hasta 2012 ha salido de subvenciones que existen para todas las actividades, deportivas, de medio ambiente… Hemos recibido subvenciones sobre proyectos serios y justificados y en competencia con otras entidades a nivel nacional, porque hemos tenido subvenciones del Ministerio de Defensa, del Consorcio del Bicentenario, a nivel del Doce. Ya las subvenciones han desaparecido pero a esos ingresos previos a nuestra asociación hay que sumarle la mano de obra. La materia prima para hacer la réplica de un cañón puede ser el 20 por ciento de su valor, hasta el cien por cien es la mano de obra de los socios que es lo que ha permitido tener lo que tenemos y lo que nos sirve para poner el castillo de Sancti Petri como nosotros los vemos, con todos sus cañones y en un ambiente histórico.
—Volviendo a la pregunta, el verdadero interés de la Guardia Salinera es el de “vestir” el castillo de Sancti Petri de actividades, no el de ganar dinero.
—Verlo vivo. La Guardia Salinera es una entidad sin ánimo de lucro y en los estatutos se establece que el objetivo es la promoción del patrimonio y del Parque Natural, la parte vinculada al Bicentenario. Otra cosa es que en esos trámites con la Junta de Andalucía valoremos constituirnos en Fundación, a partir de ese patrimonio que es un requisito previo para constituirla. En este mes se va a quedar inscrita en el registro de fundaciones y una fundación es, como una asociación, una entidad sin ánimo de lucro pero la asociación se constituye para satisfacer el interés de un grupo de socios y la fundación se constituye para satisfacer un interés público. Ese es el cambio que estamos dando ahora y esperamos conseguir lo que buscamos.
—Porque la Fundación sí permite establecer una línea comercial. Por lo menos la de Urdangarín sí lo permitía.
—Mal comparación, no queremos que se parezca.
—Era broma.
—Yo he hecho la aclaración entre asociación y fundación pero una asociación también puede contratar a personas. De hecho, una de las cosas que se valoran a la hora de conseguir una subvención es tu referencia con la Seguridad Social, cuál es tu historial. Nosotros por las actividades que hemos hecho no hemos tenido que contratar a nadie. Como fundación es el mismo marco, aunque en ambos casos el beneficio que se genere se emplea en cubrir los gastos de personal de mantenimiento y demás y el resto se reinvierte en la actividad. El problema es que los que estamos ahí metidos lo tenemos muy claro pero hay que aclarárselo a las administraciones que no están muy acostumbradas a que las asociaciones opten a esas concesiones.
—Y a la gente de la calle que cree que se van a enriquecer con el castillo de Sancti Petri.
—De ahí que haya una página web o las redes sociales en la que las personas que lo deseen pueden preguntar y que a nosotros nos da mucha vida. Hemos creado una página web del castillo y dando el paso hacia la fundación, hemos creado legadodelascortes.com. Vamos ramificando para vincular todo el patrimonio del Bicentenario y que el objetivo de la fundación sea sacarle el máximo partido al patrimonio para beneficio de los que vivimos en San Fernando y de todo el que venga. Y sobre todo para el propio patrimonio, para que se conserve.
—Lo realmente cierto y eso es incuestionable es que la Guardia Salinera fue la primera que vio el Bicentenario, desde 2006 y es la única que lo está viendo con visión de futuro. Hubo una presentación del proyecto para Sancti Petri para los ayuntamientos de San Fernando y Chiclana y me consta que los delegados de Turismo salieron bastante contentos. Otra cosa es que existan compromisos de otro tipo que no es el momento de contar pero que conocemos y que puedan mediatizar la concesión.
—Por parte de la administración estamos satisfechos porque el camino que estamos siguiendo es el que corresponde. Hay una serie de normativas que regulan todos los trámites y solicitamos cosas que tienen que seguir un curso legal. Y es atractivo porque lo que estamos haciendo es mantener las mismas actividades que teníamos pero hacerlas en el patrimonio restaurado que se ha restaurado pero que carece de elementos para darle continuidad. De hecho, nos estamos adelantando a las administraciones porque en el castillo de Sancti Petri hemos presentado nuestro plan de usos y gestión del castillo que puede servir al Ministerio de Medio Ambiente de base y adelantar terreno. Esa es la seriedad que creemos oportuna para un edificio que ha costado mucho dinero restaurarlo y que sin embargo está abandonado. Y por que está en una isla de difícil acceso. De hecho, otro patrimonio como puede ser el Real Carenero tiene su vigilante porque si no estaría más deteriorado de lo que está ahora mismo.