La gran estafa americana y sus chicas, Amy Adams y Jennifer Lawrence, fueron quienes con sus tres premios más brillaron en la última edición de los Globos de Oro. Unos galardones que a pesar de estar bastante repartidos sí que dejaron algunos perdedores como Nebraska o Capitán Phillips que se fueron de vacío, con cinco y cuatro nominaciones respectivamente.
Si había dos mujeres felices en el hotel Beverly Hilton de Los Angeles esas eran Amy Adams y Jennifer Lawrence, las protagonistas de La gran estafa americana. Adams ganaba su primer Globo de Oro tras cinco nominaciones, Lawrence, en cambio, está en racha y gana el segundo consecutivo... con un Oscar de por medio.
"Es casi increíble, realmente, realmente increíble, no puedo procesarlo. Es un gran honor. Es simplemente increíble", decía una acelerada Lawrence que volvió a hacer gala de su espontaneidad y su incontinencia verbal al aceptar el premio a la mejor actriz de reparto.
Más emocionada estaba su compañera en La gran estafa americana, Amy Adams, que dedicó el galardón a su hija. "Sé que todavía no tienes edad para entenderlo, pero quiero que sepas que te quiero mucho", dijo al borde de la lágrima.
La otra gran favorita, 12 años de esclavitud, salvó los muebles in extremis cuando ya iba camino de convertirse en la gran derrotada de la gala. A lo largo de la noche Steve McQueen y los suyos fueron viendo como uno tras otro se les iban escapando seis de los siete premios a los que optaban: mejor actor secundario, mejor actriz secundaria, mejor banda sonora, mejor guión, mejor actor protagonista y mejor director.
Pero finalmente Johnny Depp anunció que el premio a la mejor película del año en la categoría de drama era para ellos. Alegría y alguna que otra cara de alivio. Entre ellas la de McQueen, al que incluso tuvieron que ayudar a levantarse de la mesa. "Gracias a Brad Pitt, sin él esta película no hubiera salido adelante", dijo el director, que reconoció estar "en estado de shock" a su productor.
OTROS SE FUERON DE VACÍO
El descalabro sí que fue total para otras producciones como Nebraska, lo último de Alexander Payne, que no se llevó ninguno de los cinco premios a los optaba: mejor película en comedia o musical, mejor director, mejor guión, mejor actor protagonista en comedia o musical y mejor actriz de reparto.
También se fue de vacío Capitán Phillips, la cinta sobre el asalto a un carguero estadounidense por piratas somalíes que protagonizaba Tom Hanks y dirigía Paul Greengrass y que estaba nominada en cuatro categorías. Otros para los que la noche fue aciaga fueron los hermanos Coen. Su cinta A propósito de Llewyn Davis no se llevó ninguno de los tres premios a los que optaba (mejor actor protagonista, mejor canción original y mejor película de comedia o musical).
Del lado de las sonrisas destacaron las de Matthew McConaughey y Jared Leto, los actores de Dallas Buyers Club, una cinta que firmó pleno: dos nominaciones, dos premios. "¡Alright, alright, alright, alright!", así comenzó su discurso de agradecimiento Matthew McConaughey que, tras hacerse con el premio al mejor actor protagonista en la categoría de drama, subió al escenario apretando el puño cual Rafa Nadal tras clavar un 'winner'.
EL ACENTO DE CUARÓN
Pero sin duda alguna quien se mostró más cómodo, relajado y ocurrente al recibir su premio fue el mexicano Alfonso Cuarón. El director de Gravity protagonizó uno de los grandes momentos de la gala al bromear sobre su acento y relatar alguna de las anécdotas que tuvieron lugar durante el rodaje de la película protagonizada por Sandra Bullock y George Clooney.
"Esto es para los cientos de personas que han hecho posible esta película y que debido a mi fuerte acento terminaron haciendo lo que ellos pensaban que yo dije, no lo que yo realmente dije", dijo mientras sujetaba su Globo de Oro como mejor director del año antes de terminar dedicando, en castellano, el premio a su madre.