Llega el turno de La Calahorra. Desde este viernes 9 y hasta el próximo domingo 11 de mayo, este municipio del Marquesado del Zenete, ubicado a 15 kilómetros de Guadix, celebra las fiestas de San Gregorio que están dedicadas al Patrón de La Calahorra. En torno al día 9 de mayo, onomástica del Santo, se organizan en el pueblo una serie de actividades lúdicas, festivas y religiosas en las que destaca la solemne procesión y la comida popular.
Este mismo viernes por la tarde, se realizará una ofrenda floral solidaria, cuyos alimentos que se recauden, irán destinados a Cáritas Diocesana. A partir de las diez y media de la noche, tendrá lugar un acto religioso con la procesión del Rosario y el pregón a cargo de la calahorreña, Francisca Morillas Rosillo. A partir de las doce y media de la noche, verbena a cargo de “Noches de fiesta”. Las actividades festivas continuarán a lo largo del sábado y del domingo. Habrá una actuación de trovadores del siglo XXI, en la que se realizan lecturas de poesía imitando la época antigua, pero enfocándolas al tiempo actual. En las mismas, entra el contenido humorístico. El alcalde de La Calahorra, Alejandro Ramírez, invita a toda la comarca accitana a que acudan a esta festividad y recuerda que, además de las actuaciones programadas, todos los visitantes que se acerquen hasta el municipio pueden disfrutar de su infraestructura hotelera, de sus restaurantes y de probar platos tan típicos como el choto al ajillo o la carne en salsa.
El nueve es la fiesta de San Gregorio Nacianceno, patrón de La Calahorra. Nueve días antes, San Gregorio se traslada en procesión a la iglesia desde su ermita, se le dice la novena, se saca en procesión el día ocho por la noche y el nueve por la mañana después de la misa. En estos días la plaza y la calle Los Caños se llenan de puestos de turrón, pasteles y otros dulces; en la plaza se montan los columpios y las voladeras, y algunos años se instala algún circo o teatro ambulante. Los calahorreños disfrutan intensamente estos días. La noche del ocho es la del «castillo fuego»: terminada la procesión la calle Los Caños se llena de gente paseando desde la fuente hasta la plaza, mientras en ésta se alternan piezas de música con la quema de los fuegos artificiales. Las tabernas se abarrotan de clientes.