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Lunes 25/11/2024
 
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El Museo Cofrade ¿necesidad, oportunidad o...?

La propuesta del Ayuntamiento es analizada por José María Vieytes, después de anunciar que no se iba a presentar a las elecciones del Consejo de Hermandades.

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  • Recreación del museo.

Varias serían las preguntas y las respuestas que se plantearían a raíz del título de este artículo.  Pero lo que no cabe duda en mi opinión y entre todas las que se pudieran plantear -la de oportunidad- constituye una evidente y excepcional ocasión. Otra cosa sería su respuesta negativa o afirmativa y en este último caso, su negociación.

   Oportunidad no obstante que debería someterse a un serio y detallado estudio de ventajas e inconvenientes por parte del estamento cofrade,  contemplándose también los intereses lógicos del propio Ayuntamiento.   Es de agradecer y estimar que el Ayuntamiento en la voz de su alcalde, ofrezca a dicho estamento, la posibilidad de construir un -museo cofrade- en las inmediaciones del Zaporito; coincidiendo con la reestructuración que se está llevando a cabo en dicha zona.

   Para este proyecto en principio y -sin conocer la letra pequeña- sería bueno y prudente establecer los contactos previos de las partes, para esclarecer hasta donde llega la realidad del pretendido proyecto.

   Y si lo contemplamos solamente bajo el aspecto religioso, cultural y divulgador de nuestro patrimonio cofrade y de nuestra querida Semana Santa. Supongo -que si se hace bien- quizás motivaría un empuje próspero para nuestra ciudad y nuestras hermandades; convirtiéndose tal vez en un notable punto de referencia a considerar.
   Desde luego no garantizan nada, pero creo que dos razones fundamentales sustentan lo expuesto anteriormente. Una; el poder de convocatoria que tienen los eventos cofrades. Y otra; la primicia que supone un museo cofrade colectivo en la Isla a la vista del público. Los que existen son escasos, individuales y distantes de nuestro entorno.

   Pero para su instalación y los obstáculos que puedan producirse. El principal, bajo mi punto de vista a parte del monetario, sería la reticencia y la parquedad de los cofrades a desprenderse de sus enseres artísticos y patrimoniales, incluida la garantía del sistema de seguridad.
   No sé si la idea será bien acogida por los ciudadanos en general ni cuáles serán los espacios destinados en su caso, para albergar dicho museo -pendiente de construir todavía-  esperando  la respuesta de tal ofrecimiento. Pero se me ocurre que en él se podría negociar además de su complejidad y su estructura -instalar- la sede del Consejo y sus  dependencias: despachos, sala de plenos, etcétera, Y así abandonar la  casa actual donde prácticamente no se cabe ni reúne las condiciones mínimas. Que de efectuarse, no sólo mejoraría ostensiblemente su sede, sino que estaría más cerca de la custodia de los objetos expuestos.

   Es cierto que el Consejo está inmerso en el proceso electoral. Y por otra parte, es razonable que el pleno de hermanos mayores estudie y analice  la oferta municipal. Pero también no es menos cierto, que antes de entrar en este proceso, se podría haber convocado -dadas las circunstancias- un pleno extraordinario para tratarlo o al menos, que lo ignoro,  nombrar unas comisiones de aproximaciones y acercamientos acomodadas entre las partes mientras finaliza “tan largo proceso” que en mi opinión poca razón de ser tiene; dilatándose tanto tiempo.

   No obstante, la suerte está echada y dependerá de lo que se decida con ponderación, razonamiento y coherencia. Así está la situación y el Ayuntamiento de demorase demasiado la repuesta, ya ha anunciado que optaría por otras alternativas. Por tanto, el estamento cofrade, creo que debería actuar más pronto que tarde y pronunciarse en cualquiera de los sentidos, para no lamentarse después en caso de arrepentimiento. Cosa que suele pasar con cierta frecuencia en La Isla.

   Finalmente, decirles a los contrariados y no cofrades, que invertir en estas iniciativas concretas con olor de Iglesia, definitivamente no eclipsa socorrer otras necesidades -al contrario- proporcionan riquezas públicas: sociales, culturales, económicas, puestos de trabajo, visitas, ingresos, intercambios, efectos paralelos y de rebotes y muchos etcéteras. Y sobre todo, propicia que nuestra querida Ciudad y sus ciudadanos eleven su rango, su prestigio y su  hospitalidad. Y que cada vez sea más conocida y apreciada en el resto de nuestra extensa geografía.

¿Sabían ustedes que ciudadanos del norte y de otros puntos, nos visitan en Semana Santa y en verano para disfrutar de lo nuestro? Pues ahora queridos cofrades, son ustedes los que tienen la palabra para optar por lo que más nos convenga. ¡Os deseo suerte y espero que acierten!

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