El Parador cierra este fin de semana con diversas actividades
Los clientes habituales han recibido una oferta personalizada para hacer una última visita
El Parador Hotel Atlántico cierra sus puertas este domingo antes de su demolición con un fin de semana repleto de celebraciones y sorpresas.
El complejo hotelero será clausurado para siempre el próximo domingo. El viejo edificio será demolido a principios de año para dar paso a un nuevo Parador “más moderno, confortable, funcional, accesible y medioambientalmente sostenible”. Los trabajadores y clientes habituales del hotel quieren despedirse “con alegría”. Y por ello la Dirección de Paradores ha organizado una serie de actos en los que habrá música, diversión, recuerdos y seguro que mucha emoción.
Los clientes habituales del Parador han recibido una oferta personalizada para que disfruten por última vez de sus habitaciones favoritas. El programa incluye un cóctel de bienvenida, foto de familia con el personal, una gala lírica a cargo del tenor onubense Guillermo Orozco y una cena muy especial. Todos ellos firmarán en el libro de oro del Parador y recibirán como recuerdo el número que cuelga en la puerta de su habitación preferida.
Con estas celebraciones, se pondrá punto y final a 80 años de historia, representados en un edificio por el que han pasado numerosas personalidades, donde se formaron grandes profesionales y fue y es emblema del desarrollo turístico de la capital gaditana durante el siglo XX.
Historia
El 4 de enero de 1929, el Patronato Nacional de Turismo comenzaba las obras del Hotel Atlántico de Cádiz, que se terminó diez meses después con la colaboración del Ayuntamiento de la ciudad, que cedió los terrenos.
Los motivos que indujeron al Patronato a fijar su atención preferente en la capital gaditana quedaban claros, dada la situación geográfica de la ciudad como cabecera y escala de líneas de navegación entre los puertos americanos y la Europa mediterránea. La creación de un hotel de gran turismo debía absorber esta corriente de tránsito y servir como punto de inicio hacia rutas de interior.
Las obras fueron realizadas por el arquitecto Ricardo Churruca, idealizando el estilo marroquí y ajustándolo a las líneas modernas de la época. En su momento, el establecimiento constaba de planta baja, entresuelo, tres pisos y espaciosas azoteas.
En la primera planta se hallaban la recepción, diversos salones sociales, entre los que destacaba la sala de fiestas, y un departamento para exposiciones. El comedor, dotado de espléndidos ventanales, se completaba con una terraza. El hotel también disponía de peluquería y bar. El resto de las plantas albergaban un total de 102 dormitorios.
Todas las habitaciones exteriores tenían vistas al Atlántico o al Parque Genovés, y la mayoría de ellas fueron dotadas de baño completo, lo que para la época suponía un gran lujo, comparable a los grandes hoteles que comenzaron su brillante existencia en el primer tercio del siglo XX, como el Palace de Madrid.
En 1964, el Parador fue ampliado con un edificio anexo que incorporó 45 nuevas habitaciones. Sin embargo, debido a graves problemas estructurales, toda la parte antigua del Hotel Atlántico fue demolida en 1981 y sustituida por el actual complejo.
A lo largo de todo este tiempo, el hotel ha sido el centro de la vida social gaditana y testigo de excepción de la historia de la ciudad. El hotel, además, puede definirse como una auténtica escuela para numerosos profesionales que luego se han distribuido por toda España exportando la experiencia aportada por este emplazamiento.
El complejo hotelero será clausurado para siempre el próximo domingo. El viejo edificio será demolido a principios de año para dar paso a un nuevo Parador “más moderno, confortable, funcional, accesible y medioambientalmente sostenible”. Los trabajadores y clientes habituales del hotel quieren despedirse “con alegría”. Y por ello la Dirección de Paradores ha organizado una serie de actos en los que habrá música, diversión, recuerdos y seguro que mucha emoción.
Los clientes habituales del Parador han recibido una oferta personalizada para que disfruten por última vez de sus habitaciones favoritas. El programa incluye un cóctel de bienvenida, foto de familia con el personal, una gala lírica a cargo del tenor onubense Guillermo Orozco y una cena muy especial. Todos ellos firmarán en el libro de oro del Parador y recibirán como recuerdo el número que cuelga en la puerta de su habitación preferida.
Con estas celebraciones, se pondrá punto y final a 80 años de historia, representados en un edificio por el que han pasado numerosas personalidades, donde se formaron grandes profesionales y fue y es emblema del desarrollo turístico de la capital gaditana durante el siglo XX.
Historia
El 4 de enero de 1929, el Patronato Nacional de Turismo comenzaba las obras del Hotel Atlántico de Cádiz, que se terminó diez meses después con la colaboración del Ayuntamiento de la ciudad, que cedió los terrenos.
Los motivos que indujeron al Patronato a fijar su atención preferente en la capital gaditana quedaban claros, dada la situación geográfica de la ciudad como cabecera y escala de líneas de navegación entre los puertos americanos y la Europa mediterránea. La creación de un hotel de gran turismo debía absorber esta corriente de tránsito y servir como punto de inicio hacia rutas de interior.
Las obras fueron realizadas por el arquitecto Ricardo Churruca, idealizando el estilo marroquí y ajustándolo a las líneas modernas de la época. En su momento, el establecimiento constaba de planta baja, entresuelo, tres pisos y espaciosas azoteas.
En la primera planta se hallaban la recepción, diversos salones sociales, entre los que destacaba la sala de fiestas, y un departamento para exposiciones. El comedor, dotado de espléndidos ventanales, se completaba con una terraza. El hotel también disponía de peluquería y bar. El resto de las plantas albergaban un total de 102 dormitorios.
Todas las habitaciones exteriores tenían vistas al Atlántico o al Parque Genovés, y la mayoría de ellas fueron dotadas de baño completo, lo que para la época suponía un gran lujo, comparable a los grandes hoteles que comenzaron su brillante existencia en el primer tercio del siglo XX, como el Palace de Madrid.
En 1964, el Parador fue ampliado con un edificio anexo que incorporó 45 nuevas habitaciones. Sin embargo, debido a graves problemas estructurales, toda la parte antigua del Hotel Atlántico fue demolida en 1981 y sustituida por el actual complejo.
A lo largo de todo este tiempo, el hotel ha sido el centro de la vida social gaditana y testigo de excepción de la historia de la ciudad. El hotel, además, puede definirse como una auténtica escuela para numerosos profesionales que luego se han distribuido por toda España exportando la experiencia aportada por este emplazamiento.
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