Denunciantes, víctimas y absoluciones
Cuando hay mar revuelta , las arpías mueven las colas y cuando hay una herencia por medio, una separación o un conflicto de intereses...
Cuando hay mar revuelta , las arpías mueven las colas y cuando hay una herencia por medio, una separación o un conflicto de intereses, los más rastreros usan de los niños para hacer daño y lo peor es que lo consiguen, sin ensuciarse las manos, y lo que es infinitamente más grave, sin que les pase nada.
En el caso de Rocío Ávila que perdió a su hijo cuando ya se había dictado una sentencia de devolución de la custodia a su favor, es flagrante, indignante y rastrero, porque tras iniciarse una separación - con dos hijos que entonces tenían poco más de cuatro y cinco años y tras una denuncia falsa del que entonces era su cuñado, por una supuesta agresión del novio de Rocío y de ella misma, a los niños- se entablaron todos los dispositivos legales de custodia de niños, que no lo necesitaban , porque lo sucedido había sido una pelea entre hermanos, con rebote de pelota en cara del menor, a lo que se le dio proporciones desmesuradas.
Tras cinco años de pleitos, tras verse separada de sus hijos, tras estos hijos pasar por la custodia de los abuelos, a los que se les retira- nos serían tan perfectos como se presentaban- y peregrinar por centro tras centro, los críos, rotos y confusos, llegaron a la edad de doce y trece años, separados por cientos de kilómetros, uno en la provincia de Cádiz y otro en Málaga.
Justo en el día que la madre los iba a recuperar, el mayor, Agustín, falleció, aún se ignoran las causas, en el último centro en el que estaba recluido.
Mucha gente debería bajar la cabeza y pensar en lo que ha hecho, desde el cuñado que denunció falsamente, hasta los funcionarios que quitaron esos niños a su madre ,condenándolos al desarraigo, al ostracismo , de unos abuelos a los que después tuvieron que retirarle la custodia y de una administración que no es capaz de dar, ni calor de hogar, ni expectativas de futuro, donde a los 18 años los niños son abandonados a su suerte, por ser mayores de edad, cuando sabemos que cualquiera de los nuestros cumplen los 30 y aun están en casa, machacándose las espaldas para sacar las oposiciones o buscándo un trabajo, para ir a formar su propia familia.
No entiendo cómo las administraciones no emplean su tiempo y esfuerzo en medir bien las denuncias, en investigar, antes de separar a familias, que después son incapaces de unir en sus propios trozos, porque las normas están hechas para proteger a los niños, pero de todos, incluso de la maquinaria destructora y sin corazón, de la administración.
¿Qué existen malos tratos?, pues quítele el niño/a para siempre, delo en adopción y búsquele un hogar, donde se ocupen de él o ella, como merece todo ser humano, pero si no, no meta las manos y fastidie lo que había, que puede que sea precario o difícil, pero va a ser la familia que le va a sostener y hará de él una persona completa, no alguien sin rostro, ni manos , que le obligara a horarios y normas , pero que jamás velará su sueño, ni protegerá su futuro.
Espero que Rocío saque dinero a la administración, por no velar por la vida de su hijo, espero que su cuñado con la boca falsa, se pudra en agonía, porque sé que a Agustín y a Lolito ya no hay quien les devuelva lo que les quitaron, al primero la vida y al segundo su infancia.
Pero lo que de verdad espero es que cuando una arpía abra la boca para denunciar falsamente a una familia se atragante con su lengua, se envenene y nos libre -a todos-de su miseria.
En el caso de Rocío Ávila que perdió a su hijo cuando ya se había dictado una sentencia de devolución de la custodia a su favor, es flagrante, indignante y rastrero, porque tras iniciarse una separación - con dos hijos que entonces tenían poco más de cuatro y cinco años y tras una denuncia falsa del que entonces era su cuñado, por una supuesta agresión del novio de Rocío y de ella misma, a los niños- se entablaron todos los dispositivos legales de custodia de niños, que no lo necesitaban , porque lo sucedido había sido una pelea entre hermanos, con rebote de pelota en cara del menor, a lo que se le dio proporciones desmesuradas.
Tras cinco años de pleitos, tras verse separada de sus hijos, tras estos hijos pasar por la custodia de los abuelos, a los que se les retira- nos serían tan perfectos como se presentaban- y peregrinar por centro tras centro, los críos, rotos y confusos, llegaron a la edad de doce y trece años, separados por cientos de kilómetros, uno en la provincia de Cádiz y otro en Málaga.
Justo en el día que la madre los iba a recuperar, el mayor, Agustín, falleció, aún se ignoran las causas, en el último centro en el que estaba recluido.
Mucha gente debería bajar la cabeza y pensar en lo que ha hecho, desde el cuñado que denunció falsamente, hasta los funcionarios que quitaron esos niños a su madre ,condenándolos al desarraigo, al ostracismo , de unos abuelos a los que después tuvieron que retirarle la custodia y de una administración que no es capaz de dar, ni calor de hogar, ni expectativas de futuro, donde a los 18 años los niños son abandonados a su suerte, por ser mayores de edad, cuando sabemos que cualquiera de los nuestros cumplen los 30 y aun están en casa, machacándose las espaldas para sacar las oposiciones o buscándo un trabajo, para ir a formar su propia familia.
No entiendo cómo las administraciones no emplean su tiempo y esfuerzo en medir bien las denuncias, en investigar, antes de separar a familias, que después son incapaces de unir en sus propios trozos, porque las normas están hechas para proteger a los niños, pero de todos, incluso de la maquinaria destructora y sin corazón, de la administración.
¿Qué existen malos tratos?, pues quítele el niño/a para siempre, delo en adopción y búsquele un hogar, donde se ocupen de él o ella, como merece todo ser humano, pero si no, no meta las manos y fastidie lo que había, que puede que sea precario o difícil, pero va a ser la familia que le va a sostener y hará de él una persona completa, no alguien sin rostro, ni manos , que le obligara a horarios y normas , pero que jamás velará su sueño, ni protegerá su futuro.
Espero que Rocío saque dinero a la administración, por no velar por la vida de su hijo, espero que su cuñado con la boca falsa, se pudra en agonía, porque sé que a Agustín y a Lolito ya no hay quien les devuelva lo que les quitaron, al primero la vida y al segundo su infancia.
Pero lo que de verdad espero es que cuando una arpía abra la boca para denunciar falsamente a una familia se atragante con su lengua, se envenene y nos libre -a todos-de su miseria.
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