Andrés se fue, igual que se fueron otros. Y la historia se repite. Aunque con mejoras “modestas” según explican desde la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía. Las personas sin hogar vuelven a ser noticias, pero en esta ocasión no por tener mejoras, como ha sido la puesta en marcha del servicio de desayunos de Carlos en la Noche, o porque uno de ellos haya empezado a vivir bajo un techo. No. Hoy se concentraban de nuevo los colectivos gaditanos que luchan por el bienestar de estas personas para lamentar el fallecimiento de un nuevo sintecho. La plaza de las Tortugas se convertía de nuevo en escenario de la historia. Las caras repetidas se planteaban tomar medidas en conjunto, donde no primen las siglas políticas y donde prevalezca la persona.
Porque cualquier persona con nombre o sin él, con trabajo o sin él, se merece vivir con dignidad.
Desde Derechos Humanos insistían en actuaciones como el centro de día o los grupos de profesionales de calle que puedan atender a estas personas.
Personas cercanas a las fuerzas del orden público indicaban cómo en Madrid funciona un Samur social que atienda a aquellas personas que viven al raso y que pueden enfrentarse a problemas de salud. Ese fue el caso de Manuel que durante mucho tiempo vivió sin tener un hogar, que un día decidió irse de su casa para evitar males mayores, y al final una enfermedad incurable se lo llevó. Pero, por lo menos, los últimos meses de Manuel fueron bajo techo, con gente que se ocupaba de él como fue la asociación Despertares. Hoy su compañero de banco era trasladado al hospital Puerta del Mar por una voluntaria de APDHA.
Quien ha estado once años sin hogar, Luis Aranzana leía un poema que le había escrito a Andrés. Después de haber optado por vivir bajo techo, Luis este jueves se enfrentaba a un cambio de cerradura por el retraso en el pago del alquiler. No comparte el uso de los partidos con el problema al que se enfrentan los sintecho. “Hoy estamos contigo. Ojalá tu muerte nos dé la vida. Sea un espejo de indignidad que nos obligue a hacer algo. Tantas vidas y nosotros discutiendo planes y proyectos”… “Que calle la poesía, hablen ética y justicia”, recitó Luis.
Tras este acto, al parecer, un grupo de personas ocupaba una finca que ocupaba la delegación provincial de Trabajo en la calle Valdeíñigo en favor de los sintecho.