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Ángel Expósito: “Por supuesto que Cádiz tiene futuro, pero hay que creérselo”

El director de La Linterna de la COPE alaba el potencial de Cádiz y su provincia, aunque cree que falta voluntad política y también ciudadana para su despegue

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  • Ángel Expósito.

L a COPE realiza este lunes un desayuno informativo en el que se debatirá sobre ‘Cádiz, oportunidad y futuro’ y que se desarrollará en el Parador Hotel Atlántico. Entre los ponentes estarán Teófila Martínez, presidenta de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, y Fran González, delegado especial del Estado para la Zona Franca. El mismo estará moderado por el periodista, Ángel Expósito, director y presentador de La Linterna, el cual se realizará también este lunes desde Puerto Sherry, en El Puerto de Santa María. Precisamente con Expósitivo hemos hablado esta semana.

En algún momento los sindicatos en este país deberían pensar cuál es su contribución a la economía española. En concreto en las industrias cuando el mundo compite con Corea, con China… y eso no quiere decir que ahondemos en la precarización.

 

La Linterna se caracteriza por salir a la calle, por estar en los sitios donde se desarrolla la noticia...

–Hay dos motivos para salir fuera. El primero es el que marca la propia actualidad. Parece mentira porque es de primero de periodismo, pero hay que recordar que hay que ir a los sitios para hacer información. Así, igual que hemos estado en Ceuta, hemos estado en zonas de conflicto de guerra en función de donde nos lleva la actualidad. Eso por un lado, y por otro hay que pensar que España es mucho más grande que Madrid y lo que pasa en España es mucho más grande de lo que ocurre en el Procés de Cataluña. Por lo tanto, me apetece mucho más hablar de pesca en Cádiz que hablar de lo último de Puigdemont. Prefiero hablar de futuro de la inmigración desde Ceuta o desde Canarias que hacerlo desde Madrid buscando en Wikipedia.

 

Con la pandemia han proliferado las ruedas de prensa telemáticas... ¿Se están aprovechando de ello la clase política?

–Eso tiene distintas lecturas. Por una parte, los políticos en general se han aprovechado de eso. Ahora realizan sus comparecencias casi sin que podamos preguntar o dirigiendo hasta las preguntas, como vimos con las ruedas de prensa en Moncloa. Quiero pensar que romperemos esa tendencia en algún momento. Pero por otro lado, es lo que decía anteriormente. Es cierto que la pandemia nos ha obligado a confinarnos, pero es verdad también que tenemos nosotros gran parte de culpa. Hablo de los periodistas en general. El otro día fue a hacer un reportaje a una residencia y no es lo mismo llamar por teléfono al director de la misma que presentar allí. No es mismo entrar en la UCI del Puerta del Mar en Cádiz que llamar por teléfono al Jefe de la UCI, aunque seguro que te lo cuenta estupendamente pero el periodista lo vive de otra manera. Yo reivindico ir a los sitios y preguntar cara a cara a los protagonistas.

 

¿Cómo ha cambiado el periodismo en las últimas décadas?

–Han cambiado cosas sobre todo desde el punto de vista técnico y logístico, pero no ha cambiado lo fundamental y es que alguien te lea, te escuche o te vea. Al final es que yo hago un programa de radio para que alguien me escuche. El fundamento es el mismo, y es que alguien cuenta algo para que los demás, cuantos más mejor, le sigan. A partir de ahí, pues yo hago un programa de radio desde casa el 90 por ciento de los días y antes era imposible. Yo ahora un programa de radio desde una fragata de La Armada en el Mediterráneo y antes era imposible. Y ahora te pueden escuchar o leer tu digital desde Wisconsin  o un gaditano en Australia, o en Sanlúcar, a la vez, al mismo tiempo y con  el mismo coste para la empresa. Eso es lo que ha cambiado, pero la noticia es la misma.

 

También hay una cara ‘b’, y es que ahora se pide tanta celeridad que apenas da tiempo a contrastar las noticias... y luego se compite a veces con personas con un blog que solo buscan lograr visitas.

–Sí tienes razón. Pero eso quiere decir que hacemos mal nuestro trabajo. No es lo mismo tu periódico que el señor que tiene un blog… lo siento mucho. Las redes sociales son muy importantes pero las redes sociales no son periodismo. Alguien que viene de agencias como es mi caso, la urgencia, lo urgente, es lo que ahora es el tweet. Eso ya lo hemos hecho desde siempre. Una noticia es un titular. Cuando había un atentado con doscientos muertos, había que titular ‘atentado con doscientos muertos’ y luego ya se iba desarrollando. Eso, en teoría, la noticia pura ya existía de antes. Otra cosa es cómo la trasmitamos. Si no lo confirmamos, si resulta que trasmitimos mentiras o inexactitudes, sea cual sea el soporte, el medio o la técnica, es que estamos haciendo mal nuestro trabajo’.

 

Volviendo al acto de este lunes, ¿tiene futuro la provincia?

–Si Cádiz, o el Caño de Sancti Petri estuviera en Francia, o estuviera cerca de Londres, sería un parque temático de historia de España, de historia de Andalucía que es lo mismo que decir de historia del mundo. Solo por la historia, solo por la situación geográfica, solo por el clima y la gastronomía, solo por la cultura, tiene todo el futuro. Pero hay que querer hacerlo. Y aquí soy crítico y autocrítico. A parte de la política, que también, a parte de las inversiones, que por supuesto, hay que empujar y hay que creérselo. La gente tiene que currar… aquí no vale estar toda la vida de subvenciones y de subsidios. Aquí tiene que empujar todo el mundo y los primeros que tienen que estar orgullosos de su provincia son los gaditanos. Y los primeros que deben saberse la historia de lo que están descubriendo cerca de Trafalgar son los gaditanos. Y no esperar que venga papá Estado, papá Junta o papá Europa para que me suelten la pasta. Por supuesto que tiene futuro, pero hay que creérselo.

 

Siempre se habla del potencial de Cádiz pero no termina de arrancar...

–Creo que no hay provincia en España, solo comparable al Golfo de Vizcaya, donde la riqueza de la pesca sea de tal calibre. Cuando viene un japonés a por el atún, viene por algo. No hay provincia en España desde el punto de vista geoestratégico como el Estrecho de Gibraltar que tenga ese paso pero el control militar lo tienen los ingleses. No hay provincia en España que tenga restos romanos, fenicios, árabes, que tenga la Constitución de Cádiz, que tenga Bolonia, que tenga los pueblos blancos, es que lo tiene todo… hasta la Base de Rota. Tiene la desembocadura del Guadalquivir y esa ribera de Doñana. Por lo tanto, tiene absolutamente todo pero no tiene voluntad política y voluntad del ciudadano. Los políticos tienen la culpa de muchas cosas, vale, pero ¿y nosotros? ¿Un 40 por ciento de paro? Eso es imposible… la verdad la sabemos todos, es la economía sumergida. Y en esa economía, aparte del que paga, hay un montón de gente que cobra. Y cobra por un lado subsidio y por otro lado en cash. Por lo tanto, la culpa no es solo de la política, la culpa también es de la voluntad del ciudadano.

 

¿Qué le atrajo de Cádiz?

–Empecé a venir a Cádiz de veraneo hace unos 23 años. Y a partir de ahí no hemos fallado ni un año. Hace un tiempo dejé de alquilar y me pude comprar una casa en Chiclana y cada vez que puede me escapo. Me atrajo la relación calidad precio. Me atrajo la luz. Me atrae coger la canoa y remar hasta el Castillo de Sancti Petri. Me atrae la comida. La cultura y la historia. La variedad de ambientes y de climas, y claro, lo ‘agustito’ que se está.

 

Aquí el drama de la inmigración se vive intensamente... ¿hay solución a esta tragedia?

–Es complicado. Estuve en Ceuta, estuve en Canarias. Pero he estado en Mali, en la frontera de Méjico,  en el Chad, en Egipto, en Senegal, en Siria, en Afganistán, en Camerún y te digo una cosa, si nosotros fuéramos uno de esos chavales saldríamos pitando. Si estuviéramos en El Salvador con una hija de ocho años que se la van a quedar las ‘maras’, nosotros saldríamos con ella en un tren en dirección a Estados Unidos. Sin duda. Luego el problema de la inmigración, que es un drama humano infinito, es complejo pero no le echemos la culpa al que sale pitando. El migrante es la víctima. Es un problema social que, o se arregla el problema en el país de origen, o es problema será absolutamente imparable. Hasta entonces, aguantar como se pueda. Pero eso no quiere decir que lo aguanten nada más que los de Algeciras, los de Ceuta y los de Canarias. Aquí lo injusto, lo absolutamente injusto es que desde el norte de España y el resto de Europa miramos hacia otro lado para que se coman el marrón los del sur.

 

En cuanto a Airbus Puerto Real, ¿por qué se apunta casi siempre a la Bahía?

–Hay tres o cuatro causas fundamentales. Y como no soy políticamente correcto, me da igual. En algún momento los sindicatos en este país deberían pensar cuál es su contribución a la economía española. En concreto en las industrias cuando el mundo compite con Corea, con China… y eso no quiere decir que ahondemos en la precarización. Pero cuidado que la economía mundial y sus equilibrios no son los de hace treinta y cinco años cuando se montó la planta. Segundo, la crisis y la pandemia ha destrozado como a ningún otro sector al turismo y todo lo que conlleva. Y lo que conlleva son los aviones. Y cuando alguien tiene que gastarse millones y millones de euros en un avión y no lo va a llenar, pues deja de comprarlos. Y si deja de comprarlos, deja de fabricarlos. ¿Dónde se fabrican? En Toulusse, en no sé qué otra planta y en Puerto Real. ¿Cuál te cargas? Pues la que menos esfuerzo te cueste. Seamos sinceros. Y por lo tanto, aprendamos, dejemos de llorar y busquemos soluciones. Pero hay que ponerse en el lugar del accionista, del consejo de administración y de los empresarios de Airbus. ¿Si tú tienes que recortar gastos por dónde lo haces?... Pues por donde menos te duela, es terrible pero es así.

 

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