La secretaria general del PSOE de Cádiz ha lamentado el “nuevo ejercicio de servilismo” del presidente provincial del PP, Antonio Sanz, que “una vez más se ha plegado a seguir sin rechistar los dictados del Gobierno de Mariano Rajoy” en torno a los controles de acceso a Gibraltar y la posibilidad de poner en marcha una tasa de entrada y salida de la colonia, con lo que “tanto él mismo como la formación que representa se han puesto enfrente de la ciudadanía de La Línea”.
“La alcaldesa de La Línea, Gemma Araujo, ha sido capaz de aglutinar un amplio consenso social en defensa de los intereses de una localidad que ha sido sistemáticamente castigada por el PP, tanto desde la propia ciudad cuando ese partido tuvo responsabilidades municipales como desde el Gobierno de la Nación cada vez que ha afrontado el conflicto de Gibraltar desde una perspectiva que olvida las necesarias y positivas relaciones de vecindad entre ambas comunidades de uno y otro lado de la Verja”, ha dicho.
Irene García ha contrapuesto esa “actitud valiente, decidida y constructiva”, nacida de la “implicación” y la “responsabilidad” de la regidora socialista de La Línea, con la actitud “partidista y sectaria” del presidente provincial del PP. “El Partido Popular y su presidente provincial han revelado el auténtico grado de su preocupación por los problemas de La Línea, una localidad que no puede tomarse como moneda de cambio en una polémica diplomática que está provocando enormes perjuicios para la economía y el bienestar de miles de familias de la localidad y del conjunto del Campo de Gibraltar, cuyo empleo depende del mantenimiento de las relaciones cotidianas con la colonia dentro de unos cauces de normalidad”.
“Escuchar al señor Sanz decir que los controles que provocan horas de retrasos en los accesos a Gibraltar no perjudican a los miles de trabajadores españoles que están empleados en la colonia o ver cómo mantiene un silencio cómplice ante la amenaza de instaurar una tasa de entrada y salida de la Roca que tendría efectos muy negativos para el desarrollo de La Línea y todo su entorno da idea de la soledad en la que se ha instalado el PP de la provincia y de la comarca por tratar de defender lo indefendible y haberse situado enfrente de los intereses de los habitantes de la zona”, ha afirmado Irene García.
La secretaria general ha destacado igualmente la “falta de respeto a la ciudadanía linense” en la que ha caído el presidente provincial del PP, porque “al mismo tiempo que la alcaldesa sentaba a todos los representantes de la sociedad en un foro del que ha salido una declaración responsable y mesurada que apuesta por el diálogo, él se permitía dudar de esa representatividad y se erigía, desde la más absoluta soledad, como el supuesto portavoz de una población que está ya harta de ser tomada como rehén al amparo de unas legítimas reclamaciones de soberanía que en ningún caso pueden sustentarse en los escombros de la convivencia cotidiana y de las relaciones de vecindad”.
Irene García ha lamentado que “en un nuevo episodio de la ceremonia de la confusión que tanto gusta al señor Sanz, haya dudado públicamente del respaldo de la alcaldesa de La Línea al sector pesquero de la localidad, y que lo haya hecho precisamente en el mismo minuto en que Gemma Araujo estaba sentada con los representantes de la flota y con el resto de la sociedad linense, velando por los intereses de su ciudad, dando al señor Sanz una lección y poniendo en evidencia las miserias de un partido que ha preferido quedarse solo en la defensa de una nueva agresión a esta tierra por parte del Gobierno de Mariano Rajoy en lugar de formar parte de un frente común del que únicamente se ha descolgado él”.
Finalmente, ha reclamado a Antonio Sanz que “si mantiene un ápice de peso dentro de su partido, lo utilice para que el ministro de Asuntos Exteriores responda a la invitación de la alcaldesa de la Línea y que, antes de tomar cualquier medida que pueda resultar irreversible, visite la localidad y pulse la importancia de mantener unas relaciones de vecindad que el PP jamás ha comprendido”.