Familiares del alumnado del CEIP José de la Vega Barrios denuncian el “calvario” por el que están pasando desde hace dos años con el servicio de autobús escolar, en concreto con la ruta que discurre por el Marquesado, con paradas en la Venta Pololo y Camino de Algodonales.
Desde que se cambió el servicio a la empresa actual, Marceli y Juanito S.L, llevan meses sufriendo los problemas que presentan los vehículos que esta empresa ofrece para la ruta.
Los padres subrayan los problemas de seguridad que presentan los autobuses. “No es la primera vez que más de un menor ha hecho la ruta sin cinturón de seguridad abrochado, ya que el sistema de retención y anclaje no funcionan, o a veces es imposible sacarlos, ya que se quedan atascados”.
Los familiares aseguran que pusieron en conocimiento de la empresa lo sucedido, sin embargo, no han obtenido respuestas. “Mi hijo fue durante la semana pasada tres días sin cinturón de seguridad”, apunta un padre, otro denuncia que el año pasado, por abril, el autobús llegó a la parada con una rueda pinchada. Tras alertar al conductor, “este llamó a la empresa, quienes le dijeron que siguiera para adelante. El autobús continuó la ruta con el pinchazo”.
Tras lo acontecido, los padres afectados se reunieron con la directora del centro y el AMPA, formalizando una queja y trasladándola a la Delegación municipal y provincial de Educación.
Intentaron formalizar una denuncia en la Guardia Civil, pero al carecer de pruebas no pudieron presentarla. “Como tenemos prohibido acceder al interior del vehículo no contamos con pruebas, pero la Guardia Civil ya ha anotado las matrículas de los autobuses para posibles controles rutinarios en carretera. También se ha mandado un comunicado a la Policía Local de Chiclana”.
Por ahora, siguen sin obtener respuesta por parte de las administraciones, aunque desde la Delegación municipal de Educación, señalan que “es competencia de la Junta y no del Gobierno de la localidad”.
Los padres de los usuarios, menores de entre 3 y 11 años, piden vehículos que estén en condiciones, “que sean aptos para el transporte de menores con seguridad y que la empresa cumpla sus compromisos de contratación”.
Otro problema que señalan es el incidente ocurrido el pasado 3 de octubre, a las 08.40 horas en la parada Camino de Algodonales, cuando la monitora requirió al conductor para que le ayudase a sacar un cinturón atascado. “Tras comprobar que el vehículo estaba debidamente inmovilizado, fue a ayudar a la monitora. Para la impresión de todos los que estábamos allí en la parada, el vehículo comenzó a moverse solo. El conductor, alertado tras los gritos de los padres, corrió a detener el autobús mediante el pedal de freno. Nosotros comprobamos que el freno de mano estaba perfectamente accionado, pero que no funcionaba correctamente”.
Tras la insistencia de los padres, el 13 de octubre cambiaron uno de los autobuses, sin embargo este vehículo, pese a que sí le funcionan los cinturones y el freno de estacionamiento, la monitora les comentó que el vehículo despedía gases hacia el compartimento de los viajeros. “A la hora de recogerlos ese día, al abrirse la puerta del autobús, pudimos percibir que desde el interior provenía un olor similar a plástico quemado, debido a estos gases”. Aunque a día de hoy, a este vehículo, ya le están fallando muchos cinturores de seguridad, parece que el tema de los gases ha mejorado.
Uno de los padres explica que “a una de las menores le dio un golpe de calor a causa de dichos gases; lo que se hizo fue abrir las ventanillas”.
A los problemas que presuntamente presentan los vehículos, los padres también lamentan que “durante los primeros días de curso el autobús tampoco se presentó en la parada sin notificar previamente nada”. Es por ello que exigen a las administraciones una solución inmediata para las 20 familias afectadas.