Ecologistas en Acción y Greenpeace van de la mano para posicionarse en contra de la decisión de la Junta de Andalucía de reiniciar la actividad minera en Aznalcóllar. Una decisión que, a día de hoy, parece irreversible. Estas dos organizaciones aseguran que la Junta de Andalucía cuenta con el aval que implica verter más de
85.500 millones de litros de agua “contaminada” al Guadalquivir, pero el Gobierno autónomo defiende que el proyecto cuenta con todas las garantías. Explican que, a pesar del proceso de depuración que anuncian, la carga contaminante máxima acumulada en los
18 años y medio de funcionamiento de la mina tiene un alto contenido en metales como arsénico, cadmio, cobre, cromo, mercurio, níquel, plomo, selenio y zinc, entre otros.
Es por ello que, para tratar de echar el freno a una operación de consecuencias medioambientales demoledoras, tanto Ecologistas en Acción como Greenpeace han exigido a la Junta de Andalucía “que no otorgue la Autorización Ambiental Unificada a este proyecto que envenenará el río. Deberíamos haber aprendido”, aseveran haciendo referencia a
la rotura de la balsa de la mina de la multinacional sueca Boliden en Aznalcóllar, una catástrofe anunciada años antes que no se evitó a tiempo. “No se puede jugar a la ruleta rusa”, expresaron desde Greenpeace durante la lectura del manifiesto en el que, además, alertaron de que “el vertido tóxico
envenenará todo el estuario del Guadalquivir hasta su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda, a las puertas del Parque de Doñana, sin que hasta la fecha haya informado el Consejo de Participación del Parque Nacional, ni se hayan pronunciado tampoco desde la Estación Biológica”.
Desde el Club de Amigos de la Naturaleza Scipionis- CANS- se han unido a este movimiento que se adhieren al manifiesto de Ecologistas en Acción y Greenpeace denominado ‘No a la reapertura de la mina Aznalcóllar, no a los vertidos de metales pesados al Guadalquivir’.