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Jueves 18/04/2024
 

Conil

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Marta Crespo: “La cuota de atún rojo debe ser para quien la pesca, no para especular”

Comienza la temporada de almadrabas. Hablamos con Marta Crespo, directora gerente de la citada Organización de Productores Pesqueros de Almadraba

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  • Marta Crespo.
  • "El atún tiene que ser para quien lo pesque. Tenemos una industria que podría estar trabajando todo el año, como Frialba y Gadira"
  • "una almadraba no es algo que se monte de un día para otro o en tres meses"
  • "Lo importante es que cuando comienza la almadraba los pueblos comienzan a animarse y a generar valor añadido"

Las almadrabas han iniciado los trabajos en tierra. De las tres fases que componen la temporada,  ya han inaugurado la primera, la de calamento, también denominada calazón. Para esta temporada, el sector almadrabero se reparte una cuota de 1.644 toneladas, de las que 1.189 serán para las almadrabas integradas en la OPP51, que se sitúan frente a las costas de Conil, Zahara  y Tarifa, (y 450 para la de Barbate). Sobre esta pesquería milenaria, artesanal y sostenible hablamos con Marta Crespo, directora gerente de la citada Organización de Productores Pesqueros de Almadraba, la citada OPP51.

Así hemos pasado del cien por cien para Japón, que es de donde viene eso de que todo el atún se lo lleva los japoneses, a que el valor añadido del producto se quede en la zona. El 60 por ciento de la producción almadrabera se queda aquí y es Gadira quien lo comercializa

 

Han comenzado los trabajos en tierra y en Conil, por ejemplo, se ha llevado el bautismo… ¿en qué consiste?

–El bautizo de la almadraba de Conil es una tradición de toda la vida y que consiste en que un sacerdote de la zona bendice a los almadraberos, a las nuevas incorporaciones que inician su labor este año. También bendice con agua bendita todo el material, desde redes a anclas. Es una tradición almadrabera que se lleva haciendo desde hace muchos años y a la que asiste la OPP51. Es de las primeras cosas que hacemos cuando comienza la campaña, cuando todavía están en tierra. También hemos acudido a Tarifa al evento del ‘Santito’ y la ofrenda floral a la Virgen de la Luz.

 

¿El bautismo es solo en Conil?

–No, lo realizan todas las almadrabas, pero el de Conil es más ceremonial. Precisamente el sacerdote nos comentaba que le había encantado el hisopo la había encantado que es una brocha (risas) que se moja en un cubo de zinc cuya agua había bendecido. Otra tradición, en este caso de la Almadraba de Cabo Plata, es la bendición del copo en la mar que es más adelante. Intentamos siempre mantener las tradiciones que tienen las tres almadrabas y divulgarlas como parte de la cultura almadrabera.

Bautismo almadraba de Conil

Son tradiciones que encajan perfectamente con la cultura almadrabera tan asentada en estos municipios y forman parte de la idiosincrasia de la zona, ¿no?

–Efectivamente. Sí, forman parte de la cultura y la idiosincrasia de los pueblos almadraberos. A los pueblos de este litoral jandeño se nos conoce como el ‘santoña’ del atún. Hace años no era tan así. Al menos, fuera, no éramos tan conocidos por el atún y las almadrabas. Pero en estos casi 23 años desde que existe la OPP, no hemos dejado de dar a conocer y difundir allá por donde vamos a las almadrabas, a la provincia y a todo lo que genera este sector.

 

¿A qué se refiere?

–Es que lo más importante de las almadrabas es lo que genera alrededor, el valor añadido a esas pesquerías. Evidentemente cuando comienza la campaña hay un gran entusiasmo por parte de los trabajadores de las almadrabas, pero es que también vemos esa ilusión entre los restaurantes de la zona que nos dicen qué bien que hayamos anunciado en redes el inicio de la campaña porque ya les están llamando para realizar reservas. De algún modo, eso nos satisface muchísimo. Nos encanta que se haya creado en la zona un turismo gastronómico y cultural entorno a un arte de pesca tan sostenible y tan respetuoso con la mar.

 

Es cierto que hace treinta o cuarenta años esa fuerza de atracción, ese valor añadido, no era tan potente como ahora. En eso la influencia y la labor de la OPP51 ha sido brutal, ¿no?

– Brutal, efectivamente. Una de las cosas que más nos enorgullece es haber dado a conocer el arte de la almadraba y todo lo que ello conlleva y significa. Antes era la almadraba y punto. Desde que la Organización de Productores Pesqueros de Almadraba (OPP51)  nuestra principal labor y de la que estamos más orgullosos es de haber difundido el arte de las almadrabas por el mundo. Lo más importante por supuesto son quienes nos arropan desde siempre, es decir, los medios locales, los regionales, porque es marca Andalucía, y luego siempre dejamos sitio para medios internacionales porque consideramos que es algo que hay que darlo a conocer más allá de nuestras fronteras. Hemos tenido a National Geographic, a New York Times, a The Times, a la BBC, a The Daily Telegraph… Eso sí, muchas veces se creían que por ser mega importantes la cuestión era llegar aquí y ponerse a grabar la almadraba…

 

¿Y eso?

–Recuerdo un año, en Conil que vino Michael Portillo (periodista y exministro del gobierno de Margaret Thatcher) y nos dijo que quería asistir. Le dijimos que no era posible porque había un temporal de levante, pero insistió diciendo que era Michael Portillo (risas) y que tenía que salir. Miré al antiguo capitán de la almadraba, le pregunté y dijo pues venga vamos. Montamos a todo el equipo a bordo, cámaras por la proa, cámaras por la popa… Portillo iba siempre con un gorrito que voló a las primeras de cambio. Le dimos otro. Al cabo de un rato, allí estaban todos vomitando pidiéndonos volver a tierra. Al final salió el reportaje que se llamaba ‘La España Salvaje’ en la BBC. Y Portillo acabó diciendo “esto es la almadraba”. Es decir, la almadraba no pesca cuando tú quieras pescar. Si hay temporal, no previsión que valga. Venga quien venga, la almadraba es la que manda.

 

Volviendo a estos días… ¿los trabajos en tierra han dado comienzo en las tres almadrabas?

–Sí. Comenzamos el día 6 de febrero en la almadraba de Conil y el 13 comenzaron en Zahara de los Atunes y en Tarifa. Prácticamente son las mismas labores. Primero el calamento en tierra. Sacar todos los enseres y prepararlos. Armar la almadraba en tierra para que dentro de unos días se empiezan a calar en la mar. La idea es que para finales de abril estar totalmente preparados y que estén completamente caladas para el paso de los atunes, normalmente a finales de abril, dependiendo de la luna y de las condiciones meteorológicas, que son las que mandan. Son seis meses de trabajo y por eso se emplea a tanta gente. Es mucho material. La gente cuando ve la almadraba piensa que se monta en media hora. Para nada, la almadraba tiene toneladas de materiales que instalar.

 

De ahí que se comience tan pronto…

–Claro, no puedes contar con hacerlo todos los días porque un día salta el levante, al otro el poniente. Hay que hacerlo con previsión y con tiempo. Es un arte de pesca que se mantiene con puestos fijos discontinuos durante seis meses siempre.

 

¿Cuántos empleos genera?

–Hablamos de 500 puestos de trabajo directos y en torno a 6.800 indirectos, tal y como se refleja en un estudio realizado por la Universidad de Cádiz.

Marta Crespo.

 

¿6.800 indirectos?

–Sí, porque como decíamos, las almadrabas ya no son solo las almadrabas. Generan una industria gastronómica y cultural brutal entorno a las mismas. De las cosas que más nos satisface es poder ver que año tras año, empieza la temporada de almadraba y ya la restauración comienza a recibir peticiones de reserva. Ese granito de arena que aportamos nos encanta.

 

De hecho no hay localidad que no organice su semana gastronómica con el atún rojo de almadraba como exclusivo protagonista…

–Efectivamente. Conil fue de los primeros pueblos almadraberos que la puso en marcha y a nosotros nos encanta, al igual que ocurre en Barbate, en Zahara y en Tarifa. De hecho ya se celebra en pueblos y ciudades que no tienen almadrabas, por ejemplo Los Palacios, Ronda, Marbella, Sevilla. De algún modo sabemos vender al mundo que tenemos un producto maravilloso. Lo importante es que cuando comienza la almadraba los pueblos comienzan a animarse y a generar valor añadido.

 

¿Mantienen la intención de ‘abrir’ la almadraba de Chiclana?

–Pues sí, esa es una de nuestras asignaturas pendientes, hoy menos pendiente porque será una realidad de aquí a nada.

 

¿En qué situación está  y qué ocurrió con ella?

–La almadraba de Chiclana fue la que dio un paso al lado, nunca atrás. En 2004 las almadrabas comenzaron a pescar los primeros atunes el 21 de mayo porque sencillamente no había. En 2005 los almadraberos de las cuatro que había pedíamos a voces un plan de recuperación para la especie. Nos manifestamos ante el ICCAT que se celebró en Sevilla. En 2006 se instauró el plan de recuperación para el atún rojo que se tradujo en la prohibición de avionetas para la flota industrial de cerco del Mediterráneo, aumentar la talla mínima pasando de los diez kilos a 30 kilos (que es la edad de madurez sexual del atún rojo), observadores a bordo y un TAC (Total Admisible de Capturas) para todos, es decir una cuota que antes no existía. Recuerdo que cuando se rumoreó que se iba a repartir la cuota de atún rojo, nos llevamos las manos a la cabeza. Ocurrió que las que estábamos, cuatro almadrabas, no podían subsistir porque no había cuota para ello. Hablamos de 2008. La almadraba de Sancti Petri contaba ya con un concurso público con su licencia… y dio un paso al lado para que se mantengan esos puestos de trabajo y que las cuatro almadrabas, con su antigüedad puedan seguir existiendo. Es decir, un gesto muy noble. Dio un paso al lado hasta que la especie se recuperase.

 

Y ya se ha recuperado el recurso…

–Eso es. Por eso ahora que se ha recuperado el recurso, la almadraba de Chiclana levanta la mano y dice señor ministro, que yo tengo una licencia de pesca, que no la tiene todo el mundo, por un concurso público otorgado por el ministro de turno, y ahora que los científicos han dicho que ya se ha recuperado la población de atún, pues quiero abrir. Esa almadraba es la que está primera en la larga lista de espera de la que somos conscientes. Es decir, ya le toca. Solo estamos a la espera de que le asignen cuota para comenzar la actividad. Los empresarios gastaron por aquel entonces más de dos millones de euros en materiales, en anclas, en solar… No nos olvidemos que la cuota la podríamos coger en una sola almadraba en un solo pueblo.

 

¿Explíqueme eso?

–Pues que eso es posible con una sola almadraba, como hace la de Barbate, por ejemplo. Pero a qué alcalde, a qué pueblo, le dices que le quitamos la almadraba. Nosotros repartimos la cuota entre las tres almadrabas de la OPP. Por eso Chiclana supone generar más empleo y más actividad. Ahora lo lógico es que la administración levante el alzamiento de la suspensión de pesca unido a la asignación de cuota, porque si a ti te dan una licencia de pesca para no pesca… eso cómo se come. Tiene que tener su propia cuota. Ahora mismo esa licencia sería papel mojado sin cuota. Y hay fórmulas para ello...

 

¿Cómo cuáles?

–Pues como sabemos, una almadraba no es algo que se monte de un día para otro o en tres meses, pero podríamos contentar a todo el mundo asignándole una cuota a esa almadraba sin pescarla. Quiero decir, no la queremos para venderla como hacen otros artes de pesca. Esa cuota la podrían disfrutar el resto de artesanales andaluces hasta que la almadraba de Chiclana esté lista para empezar a funcionar, con el añadido de que el ICCAT habrá aumentado ya el TAC hasta las 50.000 toneladas. Pero para eso hace falta voluntad política. Y es que, insisto, nosotros no queremos la almadraba para mercadear con ella.

Marta Crespo.

Entiendo que sí hay quien mercadea con la cuota…

–Por supuesto. Hay quien mercadea con la cuota. Especulan con la cuota de atún rojo. La cuota debe ser para quien la pesca, no para quien quiere mercadear y especular con ella. Hay quienes luego la venden y muy bien vendida. Un kilo de atún sin pescar, sin ningún esfuerzo, sin arrancar el barco, mínimo 11,11 euros.

 

¿Nadie controla ese mercadeo?

–Debería ser la administración. El atún tiene que ser para quien lo pesque. Nosotros tenemos una industria que podría estar trabajando todo el año, como Frialba, Gadira, y tenemos que parar porque le falta atunes. Y precisamente ahora hay atunes de sobra en la mar.

 

¿Está contenta con la cuota asignada a las almadrabas?

–No, para nada. Estoy contenta con que haya atunes porque el plan de recuperación que demandábamos en su día ha dado sus frutos y fue a iniciativa nuestra. La OPP51 fue la impulsora junto a los ecologistas, en concreto World Wide Fund for Nature, WWF, de ese plan de recuperación. Y lo hicimos porque vinos que no había atunes y había que implantar medidas de sostenibilidad. Una vez recuperada la especie, a lo largo de los años hemos visto que la mar, a poco que se la cuide, es tremendamente agradecida. Tenemos ese orgullo y ahora hay atunes para todos.

 

¿Pero comienza ahora otra lucha?

–Sí, ahora hay que luchar con los políticos de turno para que entiendan que hay que dar mayor tonelaje. Este año los únicos que hemos dicho a voces en los medios de comunicación que había que subir a 50.000 toneladas fuimos la OPP de Almadraba. Después del ICCAT nos preguntaron qué tal y dijimos: decepcionados.

 

¿Por qué?

–Porque han subido a 40.570 toneladas y era el año para subir a 50.000 porque así lo decían los científicos y porque nosotros somos conocedores de que el recurso lo permite. Y si hubiéramos subido a 50.00 toneladas, nadie tendría problemas… entraría todo el mundo, por supuesto la almadraba de Chiclana, los artesanales, todo el mundo. Nosotros llevamos en esto muchos años y conocemos a todo el sector, a los políticos, a los ecologistas, a los industriales. Sabemos quiénes son los responsables y quienes no lo son. Porque ni las almadrabas, ni la pesca artesanal, han tenido ninguna responsabilidad en la escasez de la especie, tal y como dije en el Parlamento Europeo, donde apunté a los industriales directamente.

 

Por eso sería de justicia que se recompensase el esfuerzo y el sacrificio que ha realizado un arte de pesca como la almadraba, que es sostenible y que genera empleo y riqueza en la zona donde se ubica...

–Así es. Ese es uno nuestros argumentos. El empleo que generamos, su sostenibilidad y el valor añadido. Llevamos impugnando la orden ministerial todos los años porque no estábamos de acuerdo con el reparto que se comenzó a realizar en 2008, cuando nos dieron a todo el sector almadrabero 1.435 toneladas. Lo positivo es que ha sido la mar, y no los políticos, quien nos ha devuelto lo que nos quitaron. Aún así, seguimos sin estar de acuerdo con el reparto. Me explico. Si en 2008 el TAC mundial del atún rojo eran 28.500 toneladas, en 2023 ha ascendido a 40.570. Es decir, un 42,35 por ciento más. Pero desde 2008 hasta hoy ese TAC para las almadrabas ha aumentado solo un 14,59 por ciento. Eso es indignante para quienes hemos hecho un sacrificio mayor, porque a mí que me enseñen los callos otras pesquerías. Solo queremos lo que nos pertenece y ahí están los callos de los trabajadores de almadraba. Si ajustamos a kilo de atún por persona y meses de trabajo, los grandes perjudicados son los pescadores de almadraba.

 

¿Qué expectativas tiene de cara a esta temporada?

–Esperamos que la campaña se desarrolle con normalidad. Nosotros, como siempre, estamos preparados para realizar una buena campaña y esperemos que así sea.

 

Por otro lado, ¿qué tal la marca El Rey de Oros?

–Muy bien. Es Gadira en definitiva. El Rey de Oros es una marca muy de Barbate y nos encanta haberla devuelto a la vida.

 

¿Contenta con la ampliación de las instalaciones de Gadira en el polígono de Barbate?

–Son espectaculares. Las dimensiones están diseñadas con la previsión de aumentar el número de toneladas y en previsión de la puesta en marcha de la almadraba de Chiclana. Es una satisfacción ver el crecimiento desde que estábamos ahí en río, del primer Gadira, luego en segundo, más tarde las tiendas en Barbate, en Conil… en definitiva seguir creciendo y generando empleo para nosotros es una maravilla.

 

¿Qué se siente al tener una marca y una actividad tan ligada a Barbate, a Zahara de los Atunes, a Conil, a su cultura, a sus tradiciones y a su historia?

–Pues mucho orgullo porque en definitiva nuestra tradición familiar ha sido almadrabera toda la vida. Cuando no se podían tener almadrabas aquí, estaban en Marruecos. Cuando se comenzó a poderlas tener aquí, a comienzos de la década de los 70 del pasado siglo, la familia vendió todo lo que tenía, como era la finca Pericón, para comprar redes, anclas, boyas y cables. Nos tacharon de locos. Cómo vas a vender una finca que es algo seguro, para comprar anclas, estáis locos, nos decían. Y encima cuando el Consorcio Nacional Almadrabero no pudo mantenerse. Si las almadrabas cayeron fue porque no eran rentables. Pero nuestra familia se decidió por aportar por ella y lo vendieron todo. Claro, eso conllevó muchos dolores de cabeza, mucho sufrimiento. No fue fácil. Yo recuerdo las vacas flacas. Luego encontrar el mercado japonés supuso mucho. Hablo de hace unos cuarenta años. Pero es que se ha hecho tanto en tan poco tiempo que llama mucho la atención. Antes el consumo nacional no es el actual. Aquí se tiraban las cabezas de los atunes.

 

¿Y qué se hizo?

–Pues copiar lo que hacían los japoneses en sus barcos factorías. Es decir, hacer lo mismo pero nosotros y aquí a pie de muelle. Así pusimos en marcha las instalaciones de Frialba que es un frigorífico de ultracongelación a -60 grados que nos permite mantener la calidad del atún en crudo. Ahora puedes comer atún de almadraba fuera de época. Rompimos la estacionalidad de esos dos meses de pesca y ahora lo puedes comer como si fuera fresco todo el año. Y luego también es importante la distribución y comercialización del atún por toda Europa. Así hemos pasado del cien por cien para Japón, que es de donde viene eso de que todo el atún se lo lleva los japoneses, a que el valor añadido del producto se quede en la zona. El 60 por ciento de la producción almadrabera se queda aquí y  Gadira es la empresa que lo comercializa y lo vende durante todo el año en la zona. En Japón se sigue vendiendo porque siempre da caché tener el 40 por ciento de la producción en su mercado y ellos siguen viniendo aquí. Pero lo que nos gusta es que sea Gadira quien difunda, comercialice y dé a conocer el atún de nuestras tres almadrabas.

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