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Los restos textiles de una cueva de Obejo son los más antiguos de la Península

Para datar los textiles se seleccionaron "fragmentos de hilo de escasos miligramos" de "cuatro de los cinco ejemplares de telas encontrados"

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  • Laboratorio.

Un estudio ha confirmado que dos de las piezas textiles encontradas en una cueva sepulcral en el Cerro de la Calera, en Obejo (Córdoba) son los más antiguos documentados en la Península Ibérica, según ha informado este martes la Universidad de Córdoba, que cita un artículo publicado en 'Scientific Reports'.

El trabajo, que está firmado por investigadores de las universidades de Córdoba y Huelva, en España, Múnich, en Alemania, y la Delegación Territorial de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía de Jaén, y cuya autora principal es Margarita Gleba, profesora de la Universidad de Padua (Italia), identifica que las telas halladas tienen hasta 5.400 años de antigüedad.

Para datar los textiles se seleccionaron "fragmentos de hilo de escasos miligramos" de "cuatro de los cinco ejemplares de telas encontrados", que fueron sometidos a análisis mediante espectrometría de masas con acelerador (AMS), señaló Rafael M. Martínez-Sánchez, uno de los autores del estudio y profesor de la Universidad de Córdoba.

El resultado concluye que "dos de ellos constituyen los ejemplos más antiguos documentados de textiles verdaderos, tejidos con telar, en el conjunto de la Península, correspondiendo a la segunda mitad del IV milenio antes de Cristo", aseguró.

Esto "encaja cronológicamente con la aparición en el registro arqueológico de las primeras pesas de telar realizadas en arcilla en la región", añadió, y, además, el ejemplar datado más reciente es la primera tela preservada teñida intencionalmente con cinabrio en el conjunto del Mediterráneo Occidental.

Margarita Gleba explica que "la producción textil es uno de los procesos tecnológicos más importantes y complejos de la prehistoria, pero suele ser poco estudiado, principalmente, debido a la naturaleza perecedera de las fibras que constituyen este material".

Por ello, a su juicio, el hallazgo de los restos textiles de Obejo resulta excepcional debido a su conservación en un ambiente extremadamente seco, aunque, "si bien constituyen fragmentos de pequeñas dimensiones, su valor es enorme, siendo fundamentales para conocer la evolución de la tecnología textil en Europa y en el conjunto del Mediterráneo a lo largo del Neolítico y la Edad del Cobre".

La exploración de la cueva se llevó a cabo en 2016 por parte espeleólogos del grupo G40, con autorización de la Junta de Andalucía, que hallaron, además de los restos textiles "un conjunto de restos humanos como ajuar funerario, junto con otros elementos orgánicos como fragmentos de madera y corcho, y algunas vasijas de cerámica", según el resumen de la publicación que difunde el trabajo de investigación.

En abril de ese año, arqueólogos y antropólogos de las universidades de Córdoba, Granada y Huelva estudiaron el yacimiento con el apoyo de los espeleólogos del G40.

La cueva fue localizada "de forma casual durante las labores de exploración sobre el terreno del G40 en las calizas del valle del Guadalbarbo", describe uno de los espeleólogos, Abén Aljama Martínez, que realizó la toma de datos técnicos de la topografía de la cueva, en un artículo publicado el mismo año de su descubrimiento.

Este esta publica describe la cavidad como "una estrecha diaclasa que culmina en una pequeña sala donde se produjo el hallazgo de huesos humanos y vasijas, ambos restos atribuidos a la Prehistoria".

En un principio se consideró que se trataba de uno de los primeros enterramientos de Sierra Morena, donde fueron hallados restos de lo que podrían ser cinco individuos y siete vasijas, "alguna de ellas en perfecto estado de conservación, que formaban parte del ajuar funerario".

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