Isabel y Jesús vieron cómo les cambió la vida hace 20 años.
Él fue diagnosticado de ELA y ahora sufre casi un 90% de discapacidad. Sólo mueve los ojos y está conectado las 24 horas del día a un respirador. Necesita
hasta nueve máquinas para sobrevivir, y ahora sortear un nuevo obstáculo por culpa de la inflación y la subida de precios.
"Mi consumo ha sido de 370 euros más debido a la potencia contratada y a impuestos como el tope de gas, por el que tengo que pagar 241 euros", cuenta Isabel Roy a
Viva Córdoba.
Como consecuencia de esta situación,
hay muchas personas que deciden irse de este mundo. Se plantean la
eutanasia ya que
muchas personas que sufren enfermedades raras y degenerativas ven quitarse la vida como la única solución posible a este grave problema. Sobre el cual asegura Isabel, que también pertenece a la Red Española de Madres y Padres Solidarios, irá a peor con el tiempo.
El matrimonio ha contratado a una persona para que Isabel pueda realizar las compras y las gestiones, y esto también supone un desembolso próximo a los 1.000 euros mensuales. Algo muy difícil de soportar teniendo en cuenta que viven con la pensión de Jesús.