La Guerra Civil española, primera contienda fotografiada en "plenitud"

Publicado: 05/11/2023
"Ni héroes, ni soldados: Fotoperiodistas" es fruto de la investigación que Antonio Jesús González comenzó en 2017 y ha concluido en este 2023
La primera contienda fotografiada "en plenitud" fue la Guerra Civil española, de hecho fue "la guerra más fotografiada hasta ese momento", según la conclusión de la investigación del fotoperiodista Antonio Jesús González.

Esto se debe, “fundamentalmente”, a que es cuando empiezan a usarse cámaras fotográficas “más profesionales” que permiten “dentro de lo que era entonces, más libertad de movimiento”.

Además, según ha explicado González en una entrevista con EFE, las fotografías en la Guerra Civil "se convierten en una herramienta de guerra, que los dos bandos utilizan como un medio de propaganda".

Antonio Jesús González, que es periodista gráfico y responsable del archivo del diario "Córdoba", ha recopilado en el libro "Ni héroes, ni soldados: Fotoperiodistas" el "mayor número posible de fotografías de la Guerra Civil en la provincia de Córdoba". 

Y, al mismo tiempo, "cuando investigas la fotografía, salen los fotógrafos, porque me interesaba mucho hacer un censo de esos profesionales que estuvieron, tanto en un bando como en otro, trabajando en la provincia de Córdoba".

Importancia estratégica de Córdoba

"Ni héroes, ni soldados: Fotoperiodistas" es fruto de la investigación que Antonio Jesús González comenzó en 2017 y ha concluido en este 2023 porque "sin quitarle importancia a Robert Capa y Gerda Taro", que son los dos fotógrafos más conocidos, "hubo muchos más que se trasladaron a la provincia de Córdoba por la importancia estratégica que tuvo en la contienda".

Esta importancia de la provincia de Córdoba se puso de manifiesto en los primeros meses de la Guerra Civil, entre agosto y octubre de 1936, cuando "la flor y nata de los fotógrafos españoles se trasladaron aquí". 

Las fotografías, que corresponden a unos veinte profesionales españoles y dos alemanes, retratan "no sólo el día a día de la contienda, sino también la vida cotidiana de la época".

Antonio Jesús González ha hecho hincapié en las dificultades para encontrar estas fotografías, ya que, "cuando acaba la guerra, los vencedores se dedican a incautar todos los archivos fotográficos que pueden para utilizarlos en la famosa causa general contra todos los españoles que habían luchado por la República".

La fotografía, según ha explicado el autor del libro, se convierte "en una prueba judicial, y el que apareciera donde no debía en una fotografía, pues automáticamente estaba detenido".

Por eso muchas de las fotos recuperadas "estaban insertadas como pruebas en las causas judiciales" y por eso "muchos archivos fueron destruidos o sacados fuera de España, porque los fotógrafos no querían causarle problemas a nadie".

Diferentes según los bandos

El fotoperiodista ha asegurado que "es muy diferente la fotografía de un bando de la de otro, la forma de trabajar que tienen los fotógrafos de un bando y otro es muy distinta, estética e incluso ideológicamente las imágenes son muy fácilmente identificables".

Así las imágenes captadas en el bando nacional son, mayoritariamente "de pose, grupos de soldados en un momento que no es combate o incluso calles de un pueblo o una ciudad en la que hay un desfile o algún acto de exaltación. Es todo muy formal".

Sin embargo, "en el lado republicano tienen una obsesión, yo creo que muy condicionada, para buscar la motivación de sus tropas".

 Por eso, buscan imágenes "siempre en movimiento, en lucha, que muestren mucho dinamismo, que se están consiguiendo cosas". Hay muchas más fotografías en primera línea de batalla, "aunque sean simuladas en la inmensa mayoría de los casos".

"Ni héroes, ni soldados: Fotoperiodistas" nace de la necesidad de "recuperar la memoria y la fotografía de esos fotógrafos que han caído en el olvido por figuras como la de Robert Capa o de Gerda Taro", pero, al mismo tiempo, hace una defensa de ellos dos.

Teniendo la certeza de que la famosa foto del miliciano de Capa "fue un montaje, algo que a nuestros ojos de hoy es profesionalmente incorrecto". Sin embargo, en esa época "todo lo que son imágenes del frente están montadas", lo que era un práctica habitual no sólo en España, sino en todo el mundo, y más tarde durante la Segunda Guerra Mundial. 

Se trataba de una profesión "que estaba en pañales, recién nacida, para la que todavía no había ni código deontológico, ni ético", se trataba de una profesión que "se aprendía sobre la marcha".

Por eso, ha concluido Antonio Jesús González, "no se puede comparar 2023 con 1936, porque ni la profesión, ni la sociedad ni los medios de comunicación eran como son hoy". 

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