El plasma es un gas ionizado, es decir, un gas que contiene electrones, iones, átomos, moléculas, radicales y fotones y ha menudo es denominado el cuarto estado de la materia. Habitualmente los vemos en los tubos fluorescentes que iluminan las cocinas, pero también han permitido que los móviles sean cada vez más pequeños.
Pero el plasma tiene otras aplicaciones, como el tratamiento de aguas, y dos grupos de investigación de la Universidad de Córdoba (UCO) han trabajado para promover procesos químicos con el objetivo de eliminar contaminantes orgánicos en el agua que son los colorantes o derivados de la agricultura y la industria.
En 2017 ya demostraron que los plasmas de argón inducidos por microondas abiertos al aire, al actuar sobre el agua, generaban en ella especies capaces de descontaminarla.
Y ahora, Juan Amaro Gahete, Francisco Romero Salguero y María García, han conseguido diseñar un reactor de este tipo e incrementar notablemente las cantidades de esas especies activas generadas en agua, permitiendo así la destrucción de altas concentraciones de tintes (en este caso azul de metileno) en cuestión de minutos.
No se introduce el plasma en el agua, sino que se le hace actuar remotamente, de manera que entre el agua y el plasma queda una región de aire donde se producen numerosas reacciones y se generan las "especies reactivas que difunden al líquido y acaban con los contaminantes".