"¡Madre de Dios! Cava a estas horas de la mañana...", ha exclamado Artur Mas cuando alguien le ha alargado una copa, solamente unas pocas horas después de la resaca electoral de anoche.
Con cara de haber dormido muy poco esta noche, el vencedor de las elecciones catalanas de ayer y futuro presidente de la Generalitat ha llegado sobre las 11.30 horas a la sede de CiU en la calle Còrsega de Barcelona.
A las puertas ya le esperaban a esa hora decenas de dirigentes y trabajadores de Convergència, entre ellos Felip Puig, Irene Rigau, Pere Macias, Jordi Vilajoana, Lluís Corominas, Germà Gordó y Daniel Osàcar, que le han recibido al grito de "¡Mas president!".
Mas ha correspondido repartiendo por doquier besos, abrazos y sonrisas de oreja a oreja: "He dormido muy poco hoy...", ha admitido a media voz, con aspecto fatigado pero a la vez exultante tras haber logrado ayer la victoria que esperaba en los comicios al Parlament.
Ya dentro de la sede, Mas se ha fundido en un cálido abrazo con el histórico dirigente de Convergència y ex conseller Josep Maria Cullell; a su lado, un Felip Puig desinhibido ejercía de maestro de ceremonias y empezaba a descorchar botellas de cava.
Mas ha levantado la copa para proponer un brindis por el triunfo: "¿Todo el mundo tiene copa? Pues felicidades a todos y gracias por el trabajo que habéis hecho. Pero, sobre todo, dentro de unas horas todos a currar ('pencar') otra vez...".
"Pero ¿cuántas horas...?", ha preguntado en tono jocoso un dirigente con ganas de alargar un poco más la fiesta.
Minutos después ha llegado a la sede de CiU el ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol, algo más contenido que otros en sus emociones.
"¡Presidentes! ¡Presidentes!", han arrancado a gritar los presentes, utilizando por primera vez en su vida el plural.
Pujol, acostumbrado a escuchar estos vítores desde 1980, se ha pensado que lo decían todavía en singular y refiriéndose a él solo: "No, afortunadamente ahora el presidente es él", ha objetado Pujol, señalando a Mas con el dedo, aunque Puig le ha hecho notar que el grito exacto era "presidents"
Mas logra la "mayoría amplia" para gobernar solo y podrá elegir apoyos
Y es que el cabeza de lista de CiU en las elecciones al Parlament, Artur Mas, ha cosechado la "mayoría amplia" que pretendía para poder formar en Cataluña un Govern monocolor y poder elegir los apoyos parlamentarios a cada momento para ir desplegando sus políticas.
Los estrategas de CiU se habían marcado el objetivo mínimo de superar en número de escaños a la suma de PSC, ERC e ICV-EUiA pero además reconocían en privado que si se superaba el listón de los 60 escaños, Mas se garantizaría la formación de un Govern "fuerte" y en solitario, sin "muletas" ni "hipotecas": 62 diputados, objetivo cumplido.
Aunque en su fuero interno muchos convergentes soñaban con la mayoría absoluta, habida cuenta de las encuestas favorables, muy pocos se atrevían a manifestarlo en público, y todavía menos el candidato a 'president', que se ha desgañitado en campaña disuadiendo a los suyos de caer en una euforia excesiva.
Al quedar a tan solo seis escaños de la mayoría absoluta, CiU tiene al alcance de su mano la constitución de un gobierno monocolor presidido por Artur Mas, que deberá buscar apoyos externos para su investidura y su posterior acción de gobierno.
El escaso margen que necesita para llegar a los 68 diputados de la mayoría absoluta hace prever que no necesitará atarse a ningún partido en concreto, sino que podrá elegir en cada momento entre diversas opciones.
Ya lo avanzó Mas durante la campaña electoral: según qué medidas económicas -rebajas fiscales, por ejemplo- buscará pactarlas con el PP, grandes proyectos de país -el Cuarto Cinturón entre ellos- los intentará acordar con el PSC, mientras que a ERC la tanteará para hacer frente común en defensa del autogobierno y temas identitarios.
Tanto el PSC, con 28 escaños, como el PP, con 18, así como ERC, con 10 diputados, e incluso ICV-EUiA, también con 10, podrían proporcionarle votos suficientes para conformar mayorías de geometría variable a lo largo de la legislatura.
De entrada, Mas deberá buscar algún acuerdo para poder ser investido como presidente de la Generalitat, aunque de todos los discursos de sus oponentes se desprende que no va a tener excesivas dificultades, ya sea en primera votación por mayoría absoluta en el Parlament o, en el peor de los casos, en una segunda votación por mayoría simple.
El resultado obtenido por CiU es el cuarto más exitoso de su historia, sólo superado por las mayorías absolutas conseguidas en 1984 (72 escaños), 1988 (69) y 1992 (70).
Sus 62 diputados representan un aumento de 14 escaños con respecto a las anteriores elecciones de 2006.
A modo de anécdota, tanto Mas como el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, han clavado, en la 'porra' organizada por los periodistas que seguían su campaña, el resultado obtenido por su formación: ambos predijeron días antes de los comicios que lograrían 62 escaños.
Mas y Duran coincidieron también en darle 31 escaños al PSC y 11 a ERC; el líder convergente estimó además que el PP acabaría con 15 actas de diputado, ICV-EUiA con 10, Ciutadans con 4 y el partido de Joan Laporta con 2, mientras que Duran vaticinó 12 diputados al PP, 11 a ICV-EUiA, 5 a Ciutadans y 3 a Laporta.
Especialmente lacerante para el PSC y esperanzador para CiU es el resultado registrado en la ciudad de Barcelona: los convergentes han doblado a los socialistas, a los que ha superado en 129.171 votos, a sólo seis meses de las elecciones municipales y con las encuestas a favor de la victoria del 'alcaldable' nacionalista Xavier Trias.