En el corazón de Almería, entre las paredes del Colegio Stella Maris, conocido popularmente como las Jesuitinas, se teje una historia que ha cautivado a muchos: la leyenda del fantasma de Ricardito, el 'niño travieso'.
Poco se sabe sobre Ricardito, el alma infantil que recorre los pasillos del Stella Maris. La leyenda nos susurra que fue un niño víctima de la Guerra Civil Española, encontrando refugio en el colegio para escapar de los bombardeos. Sin embargo, el destino lo alcanzó allí, arrebatándole la vida.
Surge una duda razonable: el Colegio Stella Maris se construyó en 1948, años después del final de la Guerra Civil. ¿Cómo pudo Ricardito haber perecido entre sus muros? La incógnita alimenta el misterio y aviva la fascinación por este relato.
Numerosos testimonios, tanto de alumnos como de trabajadores del centro, dan vida a la leyenda. Hablan de puertas que se abren y cierran solas, luces que parpadean sin explicación, objetos que se mueven inexplicablemente y, sobre todo, la sensación de ser observados por una presencia invisible.
Ricardito, un alma inquieta
Las travesuras de Ricardito van más allá de lo visual. Se dice que susurra nombres, toca a las personas e incluso juega con objetos. Algunos incluso afirman haberlo visto, un niño de corta edad con mirada triste y ropa antigua.
Lejos de generar terror entre los estudiantes, profesores y visitantes del Colegio Stella Maris, las apariciones de Ricardito, el fantasma del niño travieso, se han convertido en una parte curiosa y hasta entrañable de la vida cotidiana del centro. De hecho, muchos lo consideran "uno más" de la comunidad educativa.
A diferencia de la típica historia de fantasmas aterradora, Ricardito no busca asustar. Su naturaleza parece ser más bien juguetona e inofensiva. Se le describe como un niño alegre que disfruta deambulando por los pasillos del colegio y gastando bromas inofensivas a los presentes.
Las historias sobre las bromas de Ricardito abundan. Algunos lo han visto paseando por los pasillos, encendiendo y apagando las luces de las aulas, o incluso moviendo objetos. Se dice que a veces se asoma a las ventanas o deja puertas abiertas.
La presencia de Ricardito en el Stella Maris sigue siendo un enigma sin resolver. ¿Fantasía o realidad? Cada uno debe decidir por sí mismo. Lo que sí es cierto es que esta leyenda ha convertido al colegio en un lugar emblemático de lo paranormal en Almería, atrayendo a curiosos e investigadores de lo sobrenatural.
Testimonios de lo inexplicable
Numerosos testigos, desde profesores hasta alumnos y conserjes, han relatado experiencias paranormales en el Colegio Stella Maris, atribuyéndolas al inquieto espíritu de Ricardito. Entre sus travesuras más comunes se encuentran:
- Puertas y ventanas con vida propia: Se abren y cierran solas, creando una atmósfera inquietante.
- Voces incorpóreas: Murmullos y susurros que parecen provenir de la nada, erizando la piel de quienes los escuchan.
- Escondites mágicos: Mochilas y libretas desaparecen para luego reaparecer en lugares inesperados, como si una mano invisible las jugara.
- Sillas bailarinas: En un abrir y cerrar de ojos, las sillas de las aulas se apilan en el centro, desafiando la lógica y dejando perplejos a quienes las presencian.
- Apareiciones fugaces: Los profesores juran haber visto a Ricardito vagando por los pasillos, con una sonrisa traviesa en su rostro infantil antes de desvanecerse en el aire.
La veracidad de estas historias permanece envuelta en un halo de misterio. ¿Son producto de la imaginación o genuinos fenómenos paranormales? Cada uno debe decidir por sí mismo. Lo que sí es innegable es que la leyenda de Ricardito ha impregnado las paredes del Stella Maris, convirtiéndolo en un lugar emblemático para los amantes de lo paranormal.
La incógnita sobre el origen de Ricardito y la naturaleza de sus travesuras sigue sin respuesta. ¿Es un alma en pena atrapada en el colegio? ¿Un eco de un pasado turbulento? Las teorías abundan, pero la verdad se esconde entre los pasillos y aulas del Stella Maris, esperando a ser descubierta por aquellos que se atrevan a buscarla.
Ricardito, el fantasma del Stella Maris, es más que una simple leyenda, es un símbolo de la capacidad de la mente humana para enfrentarse lo desconocido con una mezcla de temor y fascinación.
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