Trabajadores de la UTE TSI y SSGA, adjudicatarias del transporte sanitario del Servicio Andaluz de Salud (SAS) en Córdoba, han llevado a cabo este lunes una caravana de vehículos, en el marco de su calendario de movilizaciones para denunciar públicamente "los incumplimientos reiterados del convenio colectivo" y de los pliegos de licitación de este servicio, que adjudicó la Junta de Andalucía, así como para reclamar "un salario digno".

Según ha informado el sindicato CSIF Córdoba en una nota, la protesta, que "ha contado con una nutrida representación del personal", se ha iniciado en el Polígono Industrial de la Torrecilla y ha concluido ante la sede de la Delegación Territorial de Salud y Consumo de la Junta en Córdoba, tras recorrer distintos puntos de la capital cordobesa.

El presidente del comité de empresa en TSI y delegado sindical de CSIF, Juan José Caballero, ha anunciado que van a continuar las movilizaciones, "ante los reiterados incumplimientos del IV Convenio Colectivo del Transporte Sanitario por parte de estas empresas", cuya plantilla está formada por unas 350 personas. "No vamos a parar --ha avisado-- y ya estudiamos hacer una convocatoria de huelga para que nuestra voz sea por fin escuchada".

El personal del transporte sanitario se queja de cuestiones como "el descuento en las nóminas de la plantilla del importe de las multas de tráfico cuando están trabajando", o la falta de ropa de trabajo, "como es el caso de chubasquero, polo de manga larga o de chaquetones reflectantes".

Además se les impone a estos profesionales "la obligación de realizar excesos de jornada, que no se remuneran a no ser que el trabajador acepte un descuelgue del convenio", y a ello se suma "el impago de la tercera paga extraordinaria, o el abono de las nóminas de los trabajadores de baja con un cheque".

Igualmente, el representante de CSIF ha señalado los "numerosos déficits que sufre este servicio desde que en septiembre de 2022 fue adjudicado por la Junta a estas empresas", entre los que ha destacado "los importantes retrasos en las recogidas de los pacientes por parte de las ambulancias, por la falta de entre 17 y 23 vehículos diariamente" por motivos que los comités de empresa desconocen, que genera "un profundo descontento entre los pacientes y sus familiares, así como un fuerte estrés entre los conductores, que han derivado en muchas bajas laborales".