Se conoce coloquialmente como 'pitopausia', aunque de forma más académica como andropausia o "menopausia masculina", y es una condición real que afecta a los hombres, generalmente a partir de los 50 años. A diferencia de la menopausia en las mujeres, que marca el fin de la fertilidad, la pitopausia no conduce a la infertilidad pero sí puede reducir la capacidad reproductiva y afectar significativamente la calidad de vida.
¿Qué es la 'pitopausia'?
La 'pitopausia' se refiere a la disminución gradual de los niveles de testosterona en los hombres a medida que envejecen. Esta hormona es crucial para mantener diversas funciones corporales, y su reducción puede provocar cambios físicos y psicológicos notables.
Además de los síntomas ya mencionados como la disminución del deseo sexual, problemas de erección, pérdida de masa muscular, y cambios de humor, la andropausia puede incluir otros síntomas como:
• Aumento de la grasa corporal y peso.
• Síntomas urinarios debido al aumento de tamaño de la próstata.
• Alteraciones en el sueño, fatiga y pérdida de energía.
• Ansiedad, depresión o angustia.
• Dificultades para concentrarse y problemas de memoria.
• Aumento del riesgo de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, diabetes, síndrome metabólico y algunos tipos de cáncer.
Tratamientos y manejo de la andropausia
El tratamiento de la andropausia puede incluir terapia de reemplazo de testosterona, medicamentos y suplementos nutricionales. Además, se recomienda una alimentación saludable, ejercicio físico regular, así como relajación y descanso adecuados. Es fundamental consultar con un médico especialista para obtener un diagnóstico preciso y recibir el tratamiento adecuado para manejar los síntomas y minimizar los efectos negativos en la calidad de vida. Los cambios asociados con la andropausia pueden afectar profundamente la calidad de vida de los hombres. Por lo tanto, es importante para los hombres tener conciencia de los cambios que se producen a partir de cierta edad y buscar ayuda profesional si es necesario. La adopción de un estilo de vida saludable, incluyendo una dieta equilibrada y ejercicio regular, puede ayudar a mitigar algunos de los síntomas y mejorar el bienestar general.