Que el Carnaval de Cádiz y sus coplas sean bandera de la libertad de expresión no significa que todos los mensajes que se lancen desde las tablas sean respetables. Como la sociedad misma, el Falla debe ser cada vez más tajante frente a mensajes machistas, racistas o xenófobos, y por supuesto también ante este tipo de barrabasadas. Tan libre es la chirigota de Katy Balber para salir a escena a soltar su retahíla de insensateces como el público soberano para ponerles en su sitio. Han buscado aprovecharse del altavoz del Concurso para exponer mensajes tan cuestionables como dañinos y el público ha estado a la altura al tomárselo a cachondeo. Frente al bochorno negacionista, nada como la guasa gaditana.
Lo mejor La actitud del público del Falla, que ha entendido dónde está el límite
Lo peor Pese a todo, han logrado su ratito de gloria. Ahora a hablar de censura...
