La chirigota de Roquetas nos lleva en esta ocasión a un internado al estilo de la serie de Netflix Élite, para presentarnos a un grupo de niños pijos (en curiosa coincidencia con la chirigota anterior). En el primer pasodoble, el personaje comienza como youtuber y escala hasta aspirar a ser presidente, aunque no tenga ideales de ningún tipo. Pisar el Falla es para ellos más que un premio y por ello se presentan al examen de febrero cada año, cuentan en el segundo. Montan un sex shop en el primer cuplé; en el siguiente repasan algunos de los momentos de las preliminares, echando al final la caña al jurado por si cae la breva.
Lo mejor La energía que le ponen durante toda la actuación, que no paran quietos
Lo peor El repertorio es una montaña rusa, tiene muchísimos altibajos (más bajos que altos, la verdad)