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Los empleados de Acsur se cocentran ante el Consistorio y piden al alcalde que "actúe y medie" en su conflicto

Aseguran que los dueños optan a la nueva concesión de Emacsa para mantenimiento y reparaciones a través de otra sociedad

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Los trabajadores de Actividades y Cauces del Sur (Acsur), empresa concesionaria del servicio de mantenimiento y reparaciones de la Empresa Municipal de Aguas de Córdoba (Emacsa), se han concentrado este martes ante el Ayuntamiento de la capital para reclamar a su empresa el pago de entre tres y cuatro nóminas atrasadas, según los casos, y para pedir al alcalde y presidente de Emacsa, José Antonio Nieto (PP), que "actúe y medie" en su conflicto.

   En declaraciones a los periodistas, el presidente del comité de empresa de Acsur, Manuel Serrano (UGT), ha recordado que esta empresa, de 57 empleados, de los que 22 están afectados ahora por un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), fue creada "por 30 trabajadores hace 12 años, pero a causa de la crisis se vieron abocados a venderla" en marzo del pasado año a unos inversores que "han venido a desmantelarla" en el marco de una "maniobra mercantil".

   Así, según ha detallado el sindicalista, los responsables, que están pagando los salarios a unos trabajadores y a otros no, "han constituido una nueva empresa, Canalizaciones y Viales Andaluces SL, para participar en el concurso de mantenimiento y averías de la red de aguas de Emacsa", es decir, "utilizan Acsur para hacer una cesión de actividad a la nueva empresa" y, según temen los trabajadores, "en Acsur presentarán suspensión de pagos (concurso de acreedores) y así evitarán tener que asumir las obligaciones de pago de salarios y antigüedad de los trabajadores".

   Además, a los trabajadores les consta que Emacsa, que ahora mismo es su único cliente, "paga puntualmente las certificaciones", pero el dinero que les corresponde a los trabajadores no les llega.
SE SIENTEN "ESTAFADOS"

   Los trabajadores y antiguos dueños de Acsur SAL afirman además sentirse "estafados por los nuevos propietarios porque no han cumplido con las obligaciones que se firmaron en la venta de la empresa, siendo la principal el mantenimiento de 40 trabajadores con una facturación mensual mínima de 250.000 euros. También se comprometieron a realizar una ampliación de capital de 500.000 euros de la que no tienen información de que se haya producido.

   En esta compra-venta, igualmente "se vendió el edificio de oficinas de Acsur SAL, que radica en el polígono El Granadal, propiedad de los trabajadores socios de la antigua cooperativa, con el fin de entregar la empresa lo más saneada posible a los nuevos propietarios", a los que entregaron dos cheques por valor de 350.000 euros y otro de 267.000 euros. También se hizo entrega de los títulos de propiedad de una nave en el polígono de Las Quemadas, de otra nave en Belmez y de un almacén en Camino de Carbonell de Córdoba.

   Pero el paso del tiempo ha demostrado que "los nuevos propietarios de Acsur SA, Rafael Diz González y Eduardo de la Torre Jaume no han comprado Acsur para reflotarla, ni están cumpliendo sus compromisos económicos y de empleo", sino que, en opinión de los trabajadores, "se están enriqueciendo a consta de empobrecer" a sus empleados, a parte de los cuales no les pagan sus salarios y atrasos, a la vez que están "llevando al precipicio de la viabilidad económica a la empresa".
EL EMPRESARIO

   Por su parte, uno de los dueños de Acsur SA, Rafael Diz, ha reconocido, según publica en su edición de este lunes 'Diario Córdoba', que la empresa tiene diversas dificultades y una deuda de unos 1,5 millones de euros, aunque cuando la adquirieron su cuantía era de 5,5 millones y Acsur SAL había iniciado un preconcurso de acreedores.

   La negociación con los acreedores dio lugar a "unas quitas importantes", pero el empresario ha asegurado que "el problema siempre ha sido la Unión Temporal de Empresas de Rabanales XXI", ya que Acsur realizó obras de urbanización en el citado parque tecnológico, en colaboración con Joca, que no ha cobrado, y según Diz la situación actual es complicada, porque "según la UTE le deben cuatro millones de euros y según Rabanales XXI, prácticamente no le deben nada", pero "si la UTE cobrase lo que le deben, si Acsur cogiese dos millones de euros, cancelaba todas sus deudas". Por el momento, según Diz, esto no ha sucedido así y la firma cordobesa ha tenido que responder ante los proveedores "a través de pagos directos o embargos".

   A pesar de estas dificultades, Diz ha asegurado que su "misión es sacar adelante la empresa (Acsur SA) y conseguir que se mantenga el máximo número de puestos de trabajo", habiéndose comprometido con los trabajadores a que si logra la concesión de Emacsa con la nueva sociedad pasarán a ser empleados de ésta última.

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