Les pongo en contexto: el pasado miércoles 29 de septiembre en el programa Acento Andaluz de 7 Tv Andalucía. Después de contestar a todas las preguntas que le planteamos sobre el curso escolar, la ratio, diversas reclamaciones sindicales y de colectivos docentes, la vacunación de los niños, los aforos en los estadios de fútbol y otras cuestiones de sus más directas responsabilidades, una de las colaboradoras del programa, la periodista de El Mundo Silvia Moreno le preguntó al consejero de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía, Javier Imbroda, si cumpliría la promesa que le hizo a su mujer de estar sólo cuatro años en política.
Pensé de inmediato que sabía la respuesta porque meses atrás en este mismo programa dijo Imbroda que no repetiría en la siguiente legislatura. Pero su contestación es digna de reproducirla textualmente como una lección de vida, entereza y sosiego: “Efectivamente ése fue nuestro acuerdo. Nuestro acuerdo fue de una legislatura (en referencia a su esposa). Es verdad que no hace mucho me preguntaron por esto y yo contesté fundamentalmente que la vida me ha enseñado, además en la situación personal que estoy viviendo, que no puedo mirar la vida con la perspectiva de un año. La vida me la tomo con una perspectiva de semanas. Y no sé qué va a pasar. La realidad es que desconozco de aquí a un año, que más o menos es el tiempo hasta que el presidente convoque, donde estaré y cómo estaré”.
El silencio en el plató se tornó sepulcral tras confesar, sin citarlo, que sigue luchando contra el cáncer y cómo esta enfermedad le ha cambiado la visión de los tiempos. Su reflexión posterior explica por qué mantiene su compromiso con el cargo: “Dejemos que pase el tiempo y centrémonos en una tarea muy compleja, pero apasionante, como es la educación porque estamos participando en la formación de las generaciones futuras. Y luego la vida dirá. Lo que sí reconozco es que estamos viviendo el lado bueno de la política: la capacidad para poder tomar decisiones que puedan influir en el futuro de nuestra gente joven. El mayor favor que podemos hacerle a nuestros jóvenes y docentes es aportarles tranquilidad y no ruido. Necesitan concentración porque en sus manos está el éxito de la calidad educativa. Hay otro lado de la política que es una mezcla de hoguera de vanidades y de mentalidad que no contribuyen a la prosperidad de la sociedad que no me gusta”.
Ante ambas confesiones, Imbroda, acierte más o menos en sus decisiones políticas, merece que le demos las gracias por su fortaleza, le deseemos suerte y le mandemos mucho ánimo.