Hay que tener muchas agallas, para comenzar de nuevo una vez que hemos terminado y saber empezar de cero. Estar fatal y con un pie en el otro barrio y recuperarnos superando todo aquello que quería acabar con nosotros. Normalmente cuando iniciamos un nuevo camino, lo queremos hacer desde otro sitio y con otras gentes.
Es como mudarnos en el amplio sentido de la expresión, y hemos de hacerlo con desprendimiento y generosidad, dejando a un lado todo aquello que nos pueda lastrar y despejando el camino hacia el futuro, como si el triunfo nos estuviera esperando.
Hemos de estar preparados para que nos cambien de planes y nos dirijan hacia donde no queremos ir, hemos de aprender a adaptarnos a las nuevas restricciones en una nueva etapa de la historia,que nos introduzca en nuevas rutinas y normalidades.
Todos tenemos el gran reto de darle un nuevo sentido a nuestras vidas, de hacer frente al aburrimiento, de estimular los aspectos positivos de las nuevas realidades y desterrar los negativos de las que se nos quedan atrás, y cuando vislumbramos el final hemos de saber cuál ha sido el principio.
Superar temores y conseguir los alivios necesarios, para que no nos asalten las preocupaciones,y utilicemos los trucos útiles con el objetivo, que en todo momento tengamos la carga suficiente para superar los obstáculos que se nos presentan en el camino.
Bajo esas premisas, tenemos siempre la oportunidad de ser lo que queramos, y que no nos condicionen a ser lo que los demás quieran. Hemos de abrirnos a los otros y no dejar que nos rompan el corazón, y estar siempre preparados para una grata sorpresa.
Hay quienes no pueden empezar de cero, porque están por debajo de ese nivel y se rebelan ante la posibilidad de no ser capaces de conseguir los mejores resultados con menos recursos, no podemos permitirnos tirar la toalla y generar malos días y peores noches.
A veces,estamos en un clima irrespirable , en el que las razones se convierten en emociones, los bienestares en malestares, las aperturas en cierres, las alegrías en tristezas , los compromisos en dejadeces , las autoestimas en inseguridades.
Ante los graves problemas que debemos afrontar, cuando nos quedan tiempos difíciles y hemos de intentar resolver situaciones que no podíamos ni imaginar , entre misterios y tentaciones, libros que nos sorprendan , canciones que nos revuelvan o colores que nos conmuevan en un cuadro policromo y expresivo.
En este camino del Covid 19, nos hemos de preguntar hacia dónde vamos o si hemos de retroceder hacia el pasado, entre propósitos y simbolismos, entre lo público y lo privado, las construcciones y las reconstrucciones.
Toda persona razonable está convencida de la utilidad de muchas de las medidas que ha puesto en marcha el actual Gobierno , como el IVM (Ingreso Mínimo Vital), si además nos empeñemos en convertir todos y cada uno de los momentos en instantes falsos , las cosas resultan más increíbles, no solo por los enunciados sino por los resultados.
Tenemos dos caminos, o le echamos valor y apostamos por unas políticas sociales en el que el principal impulsor y benefactor sea el ciudadano, o les abrimos las puertas de par en par a los nacionalismos y los populismos para que fracturen gravemente los cimientos de los Estados democráticos.
Juan Antonio Palacios Escobar
