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Miércoles 18/12/2024
 

España

Los sindicatos siguen con la presión y Sarkozy no rectifica

Los sindicatos franceses convocaron ayer otras dos jornadas de protesta contra el retraso de la edad de jubilación, el proyecto estrella del mandato de Nicolas Sarkozy, que no se amilana ante el recrudecimiento de la situación y asegura que seguirá adelante con su reforma.

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Los sindicatos franceses convocaron ayer otras dos jornadas de protesta contra el retraso de la edad de jubilación, el proyecto estrella del mandato de Nicolas Sarkozy, que no se amilana ante el recrudecimiento de la situación y asegura que seguirá adelante con su reforma.

Los dos bandos campan sobre sus posturas y no hay ningún signo de acercamiento, mientras el clima se deteriora con la multiplicación de actos violentos, y mientras el país afronta los problemas derivados de los prolongados paros en algunos sectores, como las refinerías o los transportes ferroviarios.

En ese ambiente, Sarkozy aseguró que impondrá la mano dura para que el país no se paralice y los sindicatos le respondieron con una doble convocatoria de huelga para los próximos 28 de octubre y 6 de noviembre a la que enseguida se sumaron las organizaciones estudiantiles.

Serán la undécima y la duodécima jornada de protesta contra el retraso de la edad mínima de jubilación de 60 a 62 años y de 65 a 67 para cobrar el total de la pensión.

Llegarán nueve días después del último paro, que convocó a 3,5 millones de personas, según los sindicatos, y a
algo más de un millón, según el Gobierno, cifras muy similares a las de anteriores jornadas.

La convocatoria del próximo jueves, que es un llamamiento al paro general, coincide con los días en los que diputados y senadores tienen previsto aprobar la versión definitiva del texto, que apoyado en la mayoría conservadora del partido de Sarkozy saldrá adelante con los puntos más polémicos.

La del 6 de noviembre, un sábado, es un nuevo llamamiento a salir a la calle en los días previos a la firma de la Ley por Sarkozy, lo que marcará su entrada en vigor.

Los sindicatos consideran que el movimiento gana fuerza día a día como muestran, según ellos, la importancia de las últimas manifestaciones y los sondeos publicados por ciertos medios, que reflejan un masivo rechazo a la medida entre los franceses.

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