Tras superar ayer su primer trámite parlamentario, la reforma constitucional impulsada por PSOE y PP inicia hoy una nueva fase, en la que ambos partidos negocian ya para llegar a un acuerdo con CiU, que ultima la redacción de sus enmiendas.
Los dos grupos mayoritarios en la Cámara tienen apenas 24 horas para sumar un mayor consenso al acuerdo alcanzado el pasado viernes, ya que el plazo de presentación de enmiendas a la iniciativa de reforma culmina mañana a las dos de la tarde.
Desde el PSOE, la directora de la campaña electoral, Elena Valenciano, ha apostado esta mañana por que la reforma alcance el consenso con todos los partidos que han estado en el pacto constitucional.
Por ello, ha dicho, su partido quiere "hablar con todo el mundo", no sólo con CiU.
En declaraciones a Onda Cero, la dirigente socialista ha confiado en que el portavoz parlamentario de CiU, Josep Antoni Duran, se sume al pacto, dado que es "muy serio y, en este momento, sabe que necesitamos enviar un mensaje potente de confianza en España".
El PP también confirma la existencia de conversaciones con CiU, que ya mantuvo desde el primer momento en que se empezó a negociar con el PSOE.
La portavoz adjunta del PP en el Congreso, Fátima Báñez, ha aclarado que es una negociación a tres bandas porque así lo han acordado con los socialistas.
La formación nacionalista trabaja, por su parte, en la redacción de las enmiendas que tiene previsto presentar y con las que busca, entre otras cosas, que se fije un tope máximo de déficit fiscal entre las autonomías y el Estado y que se garantice la autonomía financiera de las comunidades.
Izquierda Unida, según ha explicado a Efe su portavoz en el Congreso, Gaspar Llamazares, mantiene su intención de presentar una enmienda a la totalidad del texto debatido ayer y por ello ha iniciado conversaciones con ERC y BNG para que se sumen a la misma.
Llamazares ha descartado que haya contactos con el PSOE y ha afirmado: "ni nos han llamado, ni lo esperamos ya que el desacuerdo es radical".
El contenido de la enmienda, ha precisado, se basará en la supresión del criterio de contención y evolución de la deuda por un objetivo de políticas sociales y Estado del bienestar.
El PNV, por su parte, aprovechará el proceso para presentar dos enmiendas al articulado de la proposición de Ley de PSOE y PP.
El portavoz del grupo vasco, Josu Erkoreka, ha anunciado que la primera de ellas pretende que se cite expresamente a los territorios forales vascos porque, de lo contrario, "constreñiría su capacidad financiera".
La segunda enmienda busca que la Constitución reconozca en su disposición adicional el derecho del pueblo vasco a la autodeterminación.
Los diputados se volverán a reunir el viernes en el Congreso, donde, si no hay sorpresas, la Cámara Baja dará su aprobación definitiva a la reforma, que pasará la semana que viene al Senado para su visto bueno.
En ese momento, se abrirá un plazo de quince días tras el cual, si una décima parte de los miembros de cualquiera de las cámaras así lo solicita, lo que no parece probable, la reforma debería ser sometida a referéndum.