La ONU descarta por el momento el despliegue de cascos azules tras el conflicto.
El jefe del Consejo Militar rebelde de Trípoli, Abdelhakim Belhach, ha asegurado que el hijo de Muamar al Gafafi, Saadi, ha mostrado su deseo de entregarse y unirse a las filas rebeldes y ha pedido garantías para poder volver a Bengasi.
“Pidió unirse a la revolución y obtener garantías que le permitan volver con su pueblo y a la capital Trípoli”, dijo Belhach en unas declaraciones al canal de televisión catarí Al Yazira.
El líder militar rebelde, antiguo combatiente salafí, también comentó que continuaban en negociaciones con Saadi y que no tenían informaciones sobre la situación exacta del huido coronel Muamar al Gadafi, cuyo régimen se desmoronó hace una semana con la caída de Trípoli en manos insurgentes.
El pasado lunes el Ministerio de Asuntos Exteriores argelino anunció que la esposa de Gadafi, Sofía, y tres de sus hijos, Aníbal, Mohamed y Aisha, entraron en Argelia.
Junto a quien fuera líder del país durante 42 años, continúan en paradero desconocido Seif al Islam, la cara mediática del régimen durante los últimos años, Hamis, líder de las temidas Brigadas gadafistas que llevan su nombre y que según fuentes rebeldes citadas por el canal Al Arabiya murió en combates al sur de Trípoli, y Mutasim, jefe de las fuerzas de Seguridad Nacional.
Por otra parte Al Yazira comentó, citando a fuentes rebeldes, que Gadafi podría estar en Benha, ciudad situada a 750 kilómetros al sur de Trípoli y donde los combatientes fieles al coronel continúan plantando cara al avance rebelde.
La ONU prepara estos días cuál será su papel en Libia una vez que concluya el conflicto en el país norteafricano, donde quiere desplegar cuanto antes una misión que ayude a las autoridades a asegurar una transición sin sobresaltos, pero que por el momento no incluirá a cascos azules.
“Por el momento, la misión no contará con 'cascos azules'. Ha quedado muy claro que los libios quieren evitar el despliegue militar de la ONU o cualquier otra organización”, dijo ante la prensa el asesor del organismo para la planificación postconflicto, Ian Martin, tras reunirse con los miembros del Consejo de Seguridad.
Martin señaló así que la misión que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha defendido en varias ocasiones en Libia para cuando se dé por finiquitado el régimen de Muamar el Gadafi tendrá “un carácter político” y ayudará a las nuevas autoridades a desarrollar un proceso de transición que lleve a la democracia.
El asesor reconoció que una fuerza de paz para el país norteafricano había sido estudiada “para un contexto que no es el actual” y señaló que, tras hablar con el Comité Nacional de Transición (CNT) libio, “ya no esperamos que las autoridades libias pidan observadores militares”.
Martin se ha reunido en los últimos días junto al enviado especial de la ONU para Libia, el jordano Abdelilah al Jatib, y el CNT para analizar las peticiones y opiniones de los líderes rebeldes, y hoy acudió al Consejo de Seguridad junto a Ban Ki-moon para exponer sus ideas sobre el papel del organismo.
“Mi objetivo es desplegar en Libia personal de la ONU tan rápido como sea posible y bajo un sólido mandato del Consejo de Seguridad”, aseveró Ban, quien participará en la cumbre ampliada de esta semana del Grupo de Contacto para Libia, de la que espera regresar a Nueva York con las ideas concretas de los miembros del CNT.