Lamenta que la agencia no haya valorado su contenido
La vicepresidenta para Asuntos Económicos, Elena Salgado, ha defendido este viernes que, pese al recorte llevado a cabo por Standard & Poor's (S&P), la calificación crediticia de España sigue siendo de "excelente calidad", y ha pedido a las empresas españolas que apliquen "todo lo bueno" que tiene la reforma laboral tras haber considerado esta agencia de calificación que dicha reforma es "incompleta".
Salgado, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, ha lamentado que S&P "no haya valorado" el contenido de la reforma laboral, de la que ha defendido su carácter "profundo" y de la que ha dicho además que necesita un tiempo para mostrar sus efectos. "Las empresas deberían aplicar todo lo bueno que tiene esta reforma", ha añadido la vicepresidenta.
La ministra de Economía y Hacienda ha reconocido que, aunque siempre se puede mejorar en la aplicación de las reformas, la rebaja operada por S&P en la calificación crediticia a largo plazo de España se debe principalmente a factores externos, relacionados con las condiciones financieras de la zona euro.
En este sentido, ha asegurado que las agencias de calificación "debieran dejarse influir menos por las condiciones del entorno". "Hay que mirar hacia delante y desear que esas condiciones financieras de la zona euro mejoren con las decisiones del Consejo Europeo del día 23", ha dicho Salgado.
La vicepresidenta ha insistido en que el recorte de la calificación española por parte de S&P se debe a la situación de tensión financiera global, que está afectando "de manera intensa" a la economía española, y a las menores perspectivas de crecimiento.
En todo caso, Salgado ha destacado que, al igual que hizo recientemente Fitch, Standard & Poor's ha valorado todo lo que se está haciendo para ayudar a la economía española, hasta el punto de que ha señalado en su informe que ésta ha resistido "de manera notable" las condiciones económicas adversas de 2011.
Además, ha añadido la ministra, S&P ha valorado favorablemente la reforma constitucional y reconocido que, aun en el supuesto de que se necesitara recapitalizar otra vez la banca, la deuda española seguiría en niveles reducidos.