Ocurrió en los aledaños de un campo donde se jugaba un partido de fútbol de alto riesgo
La acusación particular pedirá el martes tres años y medio de cárcel para seis policías nacionales y dos policías locales de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) por un presunto delito de lesiones físicas y psíquicas a un joven en los aledaños de un campo donde se jugaba un partido de fútbol de alto riesgo.
El juicio se celebrará el martes y miércoles en la Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla, donde la Fiscalía solicitará la absolución de todos los procesados porque los policías hicieron un uso adecuado de su fuerza conforme a las circunstancias, según han informado a Efe fuentes del caso.
La acusación particular, sin embargo, solicita para cada uno tres años y medio de cárcel por un delito de lesiones con las agravantes de abuso de superioridad y prevalimiento de su carácter público, junto a una indemnización de 9.000 euros a los padres del agredido ya que el denunciante sufrió posteriormente un accidente de tráfico y murió en el año 2007.
Los hechos ocurrieron sobre las 22 horas del 28 de junio de 2003 en los aledaños del campo de fútbol Francisco Bono de Alcalá de Guadaira (Sevilla), cuando Jesús L.G., como conductor, y Rafael R.M., que viajaba de paquete, pasaron en su ciclomotor junto al dispositivo policial establecido con motivo de un partido de alto riesgo, en el que los equipos de Alcalá y Marbella se jugaban el ascenso de categoría.
La Policía cortó el tráfico para permitir el paso a la caravana de autobuses del equipo visitante y al reanudar la circulación el primero que salió fue el ciclomotor, dado que se había puesto a la cabeza de los coches detenidos.
Unos metros más adelante, cuando los dos jóvenes circulaban correctamente y sin haber recibido ninguna orden de alto, Rafael R.M. recibió un golpe con una porra policial, lo que hizo al conductor del ciclotomor perder su control y cuando intentaba recuperarlo un policía nacional "se interpuso súbitamente en su camino, poniendo en evidente peligro" la integridad física de los motoristas y de él mismo.
A continuación todos salieron despedidos y cayeron al suelo, y entonces varios agentes de la Policía Local y Nacional "se abalanzaron sobre Rafael y empezaron a golpearlo mediante patadas, pisotones y con sus bastones de castigo, todo ello en presencia de los vecinos que se encontraban en la zona y durante cinco minutos", además de arrastrar su cara contra el suelo y encañonarle a corta distancia.
Al tiempo que recibía los golpes, incluso después de ser esposado, los procesados "le insultaban y amenazaban con gran violencia", pese a que el joven permanecía sin resistirse, según el escrito de acusación al que ha tenido acceso Efe.
A raíz de estos sucesos, ambos motoristas fueron imputados por un presunto delito de atentado, que se saldó con el archivo por falta de pruebas respecto a Rafael y una sentencia absolutoria para Jesús en el juzgado penal 8 de Sevilla.
Además de las lesiones físicas, Rafael sufrió sintomatología depresiva, trastornos del sueño y tuvo que recibir tratamiento farmacológico y psicoterapéutico, lo que le causó el abandono de su trabajo y un aislamiento social.
El juicio se dirige contra el inspector Enrique J.M., el subinspector Rafael M.G., los agentes Manuel C.P., Felipe M.R., José L.L. y Gregorio C.P. y los policías locales de Alcalá de Guadaíra David P.C. y Francisco M.M.