Esta semana he tenido la suerte de visitar el ensayo de la chirigota de los Pollos. Fue un placer volver a compartir esos momentos de duro trabajo tras un año de espera. En general, a los asiduos al Gran Teatro, se les olvida el duro esfuerzo que las agrupaciones de carnaval deben hacer para llegar a las tablas y, como a cualquiera, a veces, también me ocurre. Estas visitas me suelen poner los pies en el suelo y observar desde la barrera el monótono y constante capricho de los directores, que en su afán por superarse, apuran al máximo los recursos de su grupo. Los ensayos son otro mundo diferente al que estamos acostumbrados a ver. Es otro universo, otra dimensión que se alarga durante seis meses encerrados en un cuarto , quienes lo tengan, claro está.
Durante este tiempo no existe público, no hay aplausos ni gritos de ánimos, no hay presentadores ni cortinas que se abren, no están los familiares para que te arropen, no existe ese jolgorio generalizado y mágico que nos envuelve y sobre todo, no sientes el cosquilleo que recorre tu cuerpo cuando estás frente al patio de butacas, con esa luz tenue que te impide vislumbrar quiénes son los receptores del repertorio que tan duramente te has currado; es puro ensayo y error constante, repetición tras repetición.
Las noches se vuelven largas y aburridas, las risas se vuelven agrias y molestas y se debe sentir una gran admiración por esta fiesta para soportar y superar el cansancio al que este ritual te lleva en su primera etapa. Este preámbulo carnavalero es todo un afán de superación para los adeptos a esta fiesta de la alegría, una odisea que no todos los grupos llegan a superar. En estos menesteres, es donde sale a relucir la importancia del director, en este caso, Manuel Tirado o Pedro Vinagre, ambos coordinados, para compactar los valores personales de cada integrante y sacarles el máximo rendimiento, poniendo dichas capacidades al servicio grupal, tarea ingrata, a la par que desvalorada en este mundillo. Esta chirigota, perteneciente a la peña de ‘Los pollos’, resurgió hace unos años, logrando captar de nuevo la atención de los carnavaleros y colocándolos en el punto de mira, desde una perspectiva positiva.
Este año se renuevan y logran convencer a uno de los músicos más destacados de esta fiesta, Pedro Vinagre, quien pone la música y comparte autoría en letra junto a Emilio Gutiérrez y Pepe Alvarado, aunque en este grupo las aportaciones de los demás integrantes suelen ser muy valoradas. La dirección corre a cargo de Manuel Tirado, que ya es profeta en esta tierra y su bagaje es bien conocido, sobre todo por su gran comparsa, perteneciente a San Juan del Puerto, con la que cosechó muy buenas críticas. Otros integrantes que se han sumado al carro de esta agrupación son Javier Tejada, Manuel Alvarado, Nono Alvarado y Paquito de la Torre, personajes muy conocidos en el mundillo y que aportarán más calidad, si cabe, a un grupo que ya sorprendió metiéndose en la final el pasado concurso. Pero no sólo de calidad vive el carnavalero, como ya se sabe. Para lograr un galardón en el concurso Colombino es necesario pasar por este ritual de ensayos, superar la apatía de la rutina y al final, convencer a un público y sobre todo, a un jurado, que en muchos de los casos, no saben o se han olvidado que lo que ven en sus butacas es el final de un largo recorrido.
Ya se trabaja en la gala de elección de damas y choqueras 2014
Entre los actos más importantes están la elección de damas y choqueras (30 de noviembre) y el acto de coronación (1 de diciembre) que están recobrando la importancia de antaño. Este año, de nuevo será Emilio Gutiérrez quien ponga guion a dicho evento. Manuel Fernández repetirá como creador artístico, dada las cualidades que ha mostrado en los últimos años. Gema se ha convertido en la coreógrafa oficial de la Fopac ,y trabajará con las aspirantes a damas y choqueras. El presentador oficial de este acto volverá a ser Federico Pérez. Falta conocer a los aspirantes.
Las peñas: hay vida más allá de febrero
Una de las sedes de peñas existentes en Huelva es la que posee la chirigota de la peña de ‘Los pollos’, un espacio particular, que no depende de ninguna entidad. En la actualidad, se encuentra ubicada fuera del casco urbano, (en el inicio de la carretera de Gibraleón) y cada noche abre sus puertas para acoger a los miembros del grupo, así como a cuantos acuden a visitar los ensayos. Ya desde el pasado año, crearon un bonito ritual de actividades de fines de semanas, que siguen llevando a cabo, donde se suele aglutinar un buen número de carnavaleros. Estas actividades dan vida a la fiesta de la alegría fuera de febrero, fomentando un carnaval que aún necesita despertar. Como esta peña, en Huelva contamos con la de ‘la Colombina’, que se inauguró hace escasas semanas y la muy nueva peña ‘El Farol’, una joven agrupación que está recuperando las buenas costumbres, a las que debemos seguir apoyando y valorando, sin que se nos olvide la gran labor que realizan. Según los más veteranos, la desaparición de estas sedes fue una de las causantes del declive de esta fiesta, por lo que, conocer que vuelven a tener actividades, siempre es una esperanza. Esperemos que exista una pronta recuperación y fomentemos esta necesaria dinámica, que tanta falta nos hace.
