El movimiento vecinal revive de una nueva forma. Vecinos comprometidos del Polígono del Valle, representados por las asociaciones ‘PASSO’ y ‘La Unión’, están participando en la Escuela Vecinal que la Asociación Andaluza de Barrios Ignorados ha puesto en marcha y que ya suma la participación de alrededor de 15 personas.
Se trata de una experiencia nueva para visibilizar la realidad de los barrios con necesidades especiales, contada por su gente. Desde que arrancara en septiembre, el objetivo es realizar un diagnóstico del barrio escuchando a los vecinos, analizando desde la perspectiva de cada uno qué realidad existe en la zona, qué necesidades hay que priorizar y cómo tienen que relacionarse con las administraciones.
“Los barrios ignorados no están en las agendas de los políticos. La Escuela es un instrumento para que se escuche la voz de los vecinos, un botón para aprender. Participan vecinos que están compartiendo una visión muy personal de la realidad de su barrio. Así vemos el barrio con una visión compartida, partiendo de visiones personales. Estamos analizando qué pasa en el barrio y por qué, para no quedarnos sólo en lo que siempre se ve. Estamos profundizando en un diagnóstico urbano, de infraestructuras; pero también humano”, explica la presidenta, Lola Contreras.
Cada 15 días se reúnen en la sede de La Unión, aunque la intención es alternar las sesiones utilizando igualmente el centro de barrio de PASSO, a partir de enero de 2022. Mañana, 2 de diciembre, avanzarán con una nueva reunión. “En el relato que se nos ofrece de los barrios, los vecinos parecen los culpables de la situación de la zona. Cuando el relato lo hacen los vecinos, cambia totalmente. No queremos ser el cuarto trastero de las administraciones. Hay muchos vecinos dispuestos a tirar para adelante por su barrio”, agradece.
Sin embargo, Contreras señala que “el movimiento vecinal no está de moda entre los jóvenes” al confirmar el perfil de vecino interesado por la Escuela Vecinal. Que el barrio sume en participación vecinal es otro objetivo.
En este sentido, el vicepresidente de PASSO, José Ignacio Gámez, reconoce que la Escuela Vecinal es “un vivero de formación de gente que quiere trabajar por su barrio”. Dice: “Estas iniciativas son siempre bienvenidas. Sumar savia nueva y animar el movimiento vecinal y el asociacionismo favorece al barrio”. Esta iniciativa llega también a barrios ignorados de Granada, Córdoba y Sevilla.