Hay falta de costumbre, para bien, entre la afición del Real Jaén a partidos como el que salió ante el Torredonjimeno. Lo habitual esta temporada es que los blancos se presenten en su estadio como una auténtica apisonadora que apenas deja opción a sus rivales al igual que también suele ser habitual que el césped luzca como un tapete inmaculado. Nada de eso ocurrió en un derbi provincial que nació sin ritmo.
El primer atisbo de diversión llegó
en el minuto 12 cuando un penalti pudo cambiarlo todo. Mario Martos no estuvo acertado en la ejecución y, para mayor pesar del jugador jiennense, a la media hora de juego sintió unas molestias que le hicieron abandonar el encuentro. Se iba así uno de los hombres más productivos en la faceta ofensiva de los de Chumilla y estos lo acabaron notando.
Óscar y Urko trataron de ponerle remedio con disparos desde la media distancia pero ninguno de ellos encontró portería y el encuentro se marchó al descanso con el mismo marcador con el que se había iniciado.
Desde los primeros compases del segundo acto pudo verse algo más de atrevimiento en uno y otro equipo.
El Torredonjimeno se había mostrado durante todo el primer tiempo como un bloque ordenado dispuesto a conceder los menores resquicios posibles y este no cambió en una segunda parte en la que los blancos tuvieron que recurrir a balones colgados al área para tratar de generar verdadero peligro.
Fue este esquivo en las
escasas ocasiones que consiguieron hilvanar tanto blancos como rojiblancos y, en defensa de las dos escuadras cabe decir que el terreno de juego puso las cosas muy difíciles a los que quisieron practicar buen fútbol. El balón conejeó la mayoría del tiempo fruto del estado seco y duro de una superficie que está lejos del estado con el que empezó la temporada.
Los minutos pasaban sin que ni Real Jaén ni Torredonjimeno encontrasen la forma de abrir la lata hasta que llegó el minuto 80. Fue entonces cuando
la fortuna, en forma de error arbitral, sonrió a los blancos pues el trencilla sacó fuera del área una falta que señaló su asistente y que las repeticiones demostraron que había sido sobre la línea del área.
No pitó el penalti y Joya estampó el balón en el poste tirando por fuera de la barrera. No tardó en responder el conjunto de Chumilla. Concretamente fue
Adrián Paz el que mandó un disparo fortísimo que Álvaro tuvo que despejar como pudo.
El portero acabó siendo el protagonista del choque porque tuvo una mano salvadora en una llegada de Javi Moyano y se mostró muy seguro en los muchos balones centrados que logró conectar el conjunto local durante los últimos minutos. No logró el Real Jaén el tanto y
se acabaron marchando los dos primeros puntos de esta temporada del Nuevo La Victoria.