Algunos barrios como el Pilar del Arrabalejo han optado por iluminar sus calles sufragando el gasto con su propio dinero
Que un barrio como el Pilar del Arrabalejo se pague su propia iluminación de Navidad es tan elogioso como triste. Elogioso porque es positivo que tanto el movimiento vecinal como los comerciantes rompan de una vez el cordón umbilical con el Ayuntamiento y miren por sus intereses, que son los mismos que los de los vecinos y comerciantes del centro o de las calles por donde discurre la cabalgata de Reyes, eso sí. Y triste, porque, aunque la situación del Consistorio, que ayer mismo hubo de aprobar pólizas de crédito por valor de 70 millones de euros, para mantenerse a flote (y lo hizo con el voto de calidad del alcalde, ni si quiera con el apoyo de Ciudadanos, que se abstuvo) la concesión a una nueva empresa del servicio de mantenimiento del alumbrado bien podía haber sido mejor negociada y propiciar una mayor iluminación navideña. Volvemos a insistir en que se trata de prioridades y volvemos a recordar que el Ayuntamiento gasta mucho más dinero en otras partidas que revierten mucho menos en el incremento del consumo. No son mucho peores las situaciones de otros ayuntamientos y, sin embargo, hacen esfuerzos por conseguir un alumbrado que reconforte a sus vecinos. Y aquí, la inmensa mayoría de la ciudad, está a oscuras.