La crisis sanitaria sin precedentes del coronavirus ha paralizado el pulso de la mayor parte de los sectores no esenciales. En la Justicia, la actividad se mantiene al ralentí, apenas se celebran juicios aunque sí se siguen prestando las guardias y otros servicios mínimos. Este estado de emergencia sanitaria y de alarma social ha dado la bienvenida a la nueva junta del Colegio de Abogados de Jaén, que tomó posesión, casi en la intimidad, el pasado 13 de marzo, en la víspera de que se decretara el confinamiento de la población. “Evidentemente, son momentos convulsos, pero son tiempos en los que la institución y los abogados necesitan más que nunca a su decano y a su junta de gobierno, un magnífico equipo que literalmente se crece ante los problemas y la adversidad”, asegura Francisco Javier Pulido Moreno, el nuevo decano del Colegio de Abogados de Jaén.
La crisis derivada de la pandemia ha afectado de forma plena a la Abogacía. La actividad de los despachos se ha visto paralizada en su conjunto, mientras que el servicio de guardias y la asistencia al detenido, clasificadas como actividad esencial “se sigue desarrollando contra viento y marea y sea cuales sean las circunstancias”, apunta Javier Pulido, que añade que desde la institución se han dado instrucciones para que se exijan las medidas de seguridad necesarias y que la salud de los abogados y de familiares no se ponga en riesgo. Además, existen limitaciones para la tramitación de los procedimientos en curso y para la iniciación de otros nuevos, algo que, en su opinión, “afecta no solo al ejercicio profesional sino también a los derechos de los ciudadanos. Eso sí, Pulido agradece “el esfuerzo” que está haciendo la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía, y la Delegación de Justicia en particular, “que son muy sensibles a las condiciones en las que los abogados prestan los servicios básicos y que están facilitando medios para que el mismo se desarrolle en condiciones seguras”.
Ahora bien, el decano de los abogados de Jaén vislumbra que el problema mayor de esta crisis vendrá después, una vez que se levante el estado de alarma: “De mantenerse estas pautas de actuación se producirá un auténtico colapso judicial, que afectará negativamente tanto a los ciudadanos como a nuestros despachos”. Por este motivo, el Consejo General de la Abogacía Española ha propuesto una reactivación gradual de los juzgados y tribunales a partir de este lunes,13 de abril, para que se trabaje a puerta cerrada dando continuidad a los asuntos en trámite y aceptando la admisión de nuevos asuntos. En ningún caso se propone la celebración de juicios para reducir la movilidad a lo mínimo indispensable. Y, aunque el Gobierno ultima una resolución por la que se acuerda la vuelta a la actividad gradual de los despachos, de momento lo único confirmado es que tanto abogados como procuradores podrán presentar escritos a través de la plataforma Lexnet aunque los plazos seguirán suspendidos.
Javier Pulido fundó su bufete en Úbeda en 1992 y una década después lo trasladó a la capital jiennense. Ya formó parte de la junta de gobierno del Colegio de Abogados durante la presidencia de Javier Carazo. Por eso conoce bien las demandas de este colectivo. “La Ciudad de la Justicia es la eterna reivindicación de todos los operadores jurídicos en Jaén, pero las circunstancias determinan que las prioridades ahora sean otras. Es cierto que he visto plena disponibilidad por parte del gobierno andaluz para este proyecto y mantendremos la vista puesta en este objetivo, que era uno de los que me planteé en mi mandato”, indica Pulido. También reclama más medios, tanto materiales como personales, que posibiliten una respuesta rápida al ciudadano. “Justicia lenta no es justicia”, subraya el decano de los letrados jiennenses. En medio de un escenario tan adverso, los abogados del turno de oficio han tenido un alivio con el adelanto del pago del cuarto trimestre de turno de oficio. Un pago que ha sido posible gracias a la colaboración de la Caja Rural de Jaén, entidad con la que el Colegio mantiene un convenio desde hace años y a la que Pulido agradece su sensibilidad y ayuda permanente.
La actual crisis ha puesto de relieve otras carencias del mundo de la judicatura. “Constatamos la necesidad de invertir en nuevas tecnologías, la sustitución del papel y la exclusión de los antiguos legajos y que se pueda trabajar sin presencia física. El confinamiento y las restricciones de movilidad no implicarían la práctica paralización de uno de los tres poderes del Estado si se contase con los medios adecuados, no es lógico”, manifiesta Javier Pulido. ¿Y qué pasará tras el Covid-19? “No quiero ser fatalista, espero que no lleguemos al límite de tener que hacer una reconstrucción, pero si quiero dar un mensaje de tranquilidad a toda la sociedad en general y a nuestros abogados en particular porque estoy seguro de que su trabajo ahora va a ser más necesario que nunca, para que todo vuelva a su sitio”,