Evaristo Babé es una voz de referencia en el marco del jerez, esa a la que hay que acudir sobre todo cuando las cosas se ponen feas. Preside la patronal bodeguera de Jerez (Fedejerez) desde 2010 y está al frente del Consejo Regulador del Brandy desde 1989. Afirma que el sector atraviesa uno de sus periodos más complicados en un contexto de enorme dificultad. No oculta que se avecina una reducción del consumo que puede afectar a todos los mercados del jerez. Babé defiende la necesidad de aumentar la demanda como única fórmula para incrementar el precio de la uva; reivindica una mayor responsabilidad en la defensa del viñedo; confía en cerrar sin conflictividad la negociación del convenio sectorial; y rechaza incluir en la Denominación los nuevos vinos que se producen en el marco. Algunos -dice- son excepcionales; otros, infumables.
Usted lleva al frente de instituciones vitivinícolas desde los años 80, ¿está el sector ante uno de los periodos más complejos por los índices de inflación, coste de materias primas o la guerra en Europa?
–Sin duda. Es un periodo muy complejo. No sé si el más difícil, pero éste es especialmente grave. Jerez ha vivido momentos muy complicados, pero la situación actual es muy compleja para las empresas, sobre todo, por la previsible reducción de la demanda. Creemos que va a haber menos capacidad en el consumo porque todos tenemos miedo en el futuro. La capacidad adquisitiva está mermada y las bodegas se van a ver muy afectadas. Son empresas que no viven de subvenciones y necesitan consumidores para mantener toda la estructura.
¿Qué factor preocupa más?
–Los tres nos dañan por igual porque pueden afectar a la libertad de empresa, la seguridad jurídica y la fiscalidad. La inflación es un impuesto que nos va a quitar dinero de los bolsillos, mientras que una menor seguridad jurídica y libertad de empresa hacen que el coste de las materias primas se descontrole.
¿Disponen ya de datos que midan el impacto del conflicto internacional en las exportaciones?
–El impacto afecta y afectará como las ondas que se generan por una piedra tirada en un estanque y que van mucho más allá del punto de impacto central que las causa. Rusia y Ucrania son mercados que están cerrados y en estos países se vendieron el año pasado en torno a 100.000 botellas de vino de Jerez y 100.000 de brandy. Ucrania, desde los últimos años, es un mercado importante, bastante más que Rusia, pero no se puede vender allí no solo porque no haya ganas de consumir, sino también por la inseguridad del negocio. Las ventas se van a perder en su totalidad o en gran parte. Sin duda alguna.
¿Hay mercados que preocupen especialmente por ese efecto dominó?
–Hay efecto dominó por la inflación, por la inseguridad y por la falta de alegría para que la gente consuma. Las ondas que le comentaba llegan a todos los mercados. Afecta y afectará a las exportaciones, pero también a la producción y al comercio.
¿Las bodegas del Marco atravesaban un periodo de mayor rentabilidad en el momento de la invasión rusa o aún arrastraban los efectos de la pandemia y la crisis de 2008?
–Los efectos de la pandemia han sido durísimos y hay muchas empresas que los están sufriendo. La hostelería constituye más del 50% de las ventas de vino y brandy de Jerez. El impacto de la alerta sanitaria y de la crisis es muy grande.
¿Es mayor problema el precio de la uva o el precio del vino de Jerez?
–Los dos precios son fundamentales y es necesario que los dos sean rentables. No cabe enfrentar uno y otro. Es absurdo. Sin rentabilidad en el viñedo, no habrá uva; y sin rentabilidad del vino, no habrá empresa que compre uva. Los dos tienes que hacer un camino largo para ser competitivos. Poco a poco vamos mejorando. Lo que hace falta es no estropearlo.
La pasada campaña se pagaba la uva a 40 céntimos el kilo. ¿A cuánto se debe pagar para alcanzar esa rentabilidad?
–Soy rotundo. Los precios los fija el mercado y es la referencia que todo el mundo debe tener presente. Hay quien no se entera o no se quiere enterar. No caben acuerdos de precios, para empezar, desde el punto legal por la Ley de Defensa de la Competencia. Los acuerdos que se tomen al margen del mercado son absurdos. Si alguien tiene una fórmula mágica, que se la aplique y emprenda un negocio en el que sea él quien fije los precios al margen del mercado. Los precios los marca el mercado y hay que ayudar a que suba la demanda y eso hará que suba el precio. Cuando haya más demanda subirá el precio de la uva. La clave es aumentar la demanda de los vinos de jerez. Ese es el esfuerzo que hay que hacer.
La falta de rentabilidad en las explotaciones conlleva el arranque y más en tiempos en los que los paisajes se llenan de parques eólicos y fotovoltaicos que reportan más recursos a los propietarios del suelo.
–Es una prioridad y una responsabilidad de todos defender el viñedo. No se puede plantear que un propietario mantenga una explotación que no es rentable, pero defender el viñedo es una prioridad y una responsabilidad. No se puede decir no a los molinos porque somos conscientes de que las renovables son fundamentales, pero no se puede sacrificar el viñedo por nada. No me hieren los molinos cuando los veo en el Mar del Norte, pero sí cuando los veo en el viñedo. El papel de las administraciones públicas es importante.
Hay muchos sectores pendientes de firmar convenios que no son fáciles de negociar por un IPC disparado. ¿Teme paros o huelgas en el sector de la vid por esas negociaciones?
–Estamos en plena negociación y afortunadamente hay buen tono y buen clima. No coincidimos en todos los términos, pero estamos negociando con mucho sentido común. Las empresas tienen limitaciones y en el tema salarial es muy fácil jugar con el dinero de los demás. Me quedo con que no hay conflictividad afortunadamente. Creo que seremos capaces de un acuerdo .
¿Qué visión tiene de la Denominación de Origen? ¿Cree que habrá que limitarla en número de hectáreas para evitar problemas de excedentes como los de años atrás?
–Soy contrario a cualquier intervención en la oferta al margen de la realidad del mercado. No creo en limitar las hectáreas. Creo en que hay que adaptarse al mercado e ir por delante, pero no regular lo irregulable.
En el marco se está haciendo nuevos vinos de bastante calidad. ¿Tienen cabida en la Denominación?
–¿En qué Denominación? Algunos de los vinos que se están haciendo son excelentes; otros, infumables, pero no son vinos de Jerez. La Denominación Jerez son vinos generosos y vinos generosos de licor. Estos son vinos distintos y no pueden tener la misma denominación.