Este miércoles nos levantábamos con la triste noticia del
fallecimiento de Rafa Verdú. Un hecho que nos ha encogido a todos el corazón tan solo tres días después de conocer la pérdida de otro referente del xerecismo,
Pepe Ravelo. Ambos llegaron hasta su último día de vida con sentimientos de futbolista, con ese gen competitivo llevado a su vida y convirtiéndose en referentes del mundo del fútbol y de la ciudad de Jerez. Aunque ambos nacieron lejos de nuestras fronteras, se convirtieron en dos jerezanos más desde el momento que pusieron un pie en nuestra ciudad.
Han sido ejemplo de deportividad y de humanidad y ya disfrutan de un sitio privilegiado en el palco del cielo, que desde hoy es un poco más azul. Verdú y Ravelo, Ravelo y Verdú son dos referentes claros de cómo afrontar la vida y cómo vivir el fútbol. En una ciudad intoxicada por los rencores y el odio, estas dos personas pusieron mesura y cordura. De hecho, estos días su pérdida ha unido en un sentimento común a quienes diariamente muestran posturas diferentes. Y quizás, esto deba servir para darse cuenta de que tanta pelea no sirve de nada.
Ellos habrían querido que nadie se peleara por el fútbol, que encaráramos la vida con un objetivo común y que dejáramos a un lado las diferencias. Su legado imborrable será siempre ese ejemplo que dejaron en vida de respeto a los demás. Y qué mejor manera de homenajearles que enterrar el hacha de guerra y apostar por el diálogo, la comprensión y el entendimiento antes que por los reproches y el enfrentamiento.
Un legado también físico en la ciudad, pues qué bonito será siempre caminar por la Avenida Rafa Verdú para llegar hasta el Campo de Fútbol Pepe Ravelo. Gracias a los dos por darnos tanto. Historia viva del xerecismo y leyendas para siempre. Descansen en paz.