La alcaldesa, María José García-Pelayo, admitió ayer que el derribo del edificio de la plaza Esteve hasta ahora ocupado por la Delegación municipal de Medio Ambiente es económicamente inviable dadas las indemnizaciones que deberían abonarse a los propietarios de locales comerciales.

De este modo se zanja el debate abierto estas últimas semanas como consecuencia de las reticencias planteadas por estos comerciantes al proyecto de construcción de una terminal de autobuses.

Eso no significa -tal y como ya avanzó este medio en su edición de ayer- que el Consistorio vaya a renunciar a un proyecto que considera imprescindible para la mejora de la accesibilidad al centro. De hecho, García-Pelayo se mostró convencida de que la revisión del proyecto inicial en el que trabajan ahora los técnicos de Urbanismo permitirá dotar a la plaza Esteve de la ansiada terminal de autobuses. Eso sí, ese nuevo proyecto implicará el derribo de las plantas superiores del edificio. “El objetivo es que el mercado de abastos se convierta prácticamente en el centro de la plaza y que los propietarios de los locales actuales dispongan de un espacio en el que poder continuar con su actividad”, explicó.

Este proyecto contemplaría la “modernización” de la planta baja del edificio. El nuevo borrador está siendo estudiado ahora por los técnicos de Urbanismo.

 

Reorganización de la administración local

García-Pelayo explicó que el traslado de Medio Ambiente a la antigua sede de Bienestar Social de la plaza de la Merced no es más que una de las medidas adoptadas por el Gobierno local para tratar de reorganizar las áreas municipales.

El objetivo es que “vayan quedado espacios libres para otros fines y reducir los costes de alquiler” que supone la utilización de determinados espacios. Así, Turismo abandonará en breve la calle Paúl para desplazarse a otro edificio municipal; mientras que Economía se trasladará a Villapanés.