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Miércoles 27/11/2024
 

Jerez

‘Venezolanos Jerez’ clama por la situación que vive su país

Manifiestan su temor ante “ataques” a manifestantes y la escasez de alimentos y de medicinas

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  • Manifestación de venezolanos en el Arenal -

“Nos vinimos después de que secuestraran a mi cuñado. No queríamos vivir en un sitio en el que le pudiera pasar lo mismo a un hijo nuestro o a mi marido”. Ésta es una de las razones de una residente en la ciudad integrante del grupo ‘Venezolanos en Jerez’ para apoyar la manifestación celebrada este viernes en el centro donde reclamaron, entre otras medidas, “la devolución de poderes a la Asamblea Nacional” (el equivalente a las Cortes), la liberación de “más de 1.000 presos políticos”, y que se permita un “canal humanitario” que distribuya diverso material de ayuda.

‘Venezolanos Jerez’ defiende que en su país de origen se están “vulnerando” los Derechos Humanos por parte del Gobierno liderado por Nicolás Maduro, del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
En definitiva, demandan que el propio Maduro convoque un “referéndum revocatorio” para que “devuelva el poder al pueblo”.

La referida integrante del este movimiento, de doble nacionalidad venezolana-española prefiere no decir públicamente su nombre y expone que el mensaje del grupo que representa es más importante que su identidad.

Llegó a España con su esposo, que también tiene doble nacionalidad,  hace diez años, tras el referido rapto. “El hermano de mi marido estuvo secuestrado 23 días. Tuvimos que pagar el rescate. La policía venezolana está corrupta y no nos ayudó. La española se puso en contacto con ellos, pero no logró su colaboración”, lamenta.

Cuenta desolada que esta situación de “indefensión”en la que se encuentra el país hizo que decidiera buscarse otra vida en otro lugar. “La gente no tiene dónde acudir, cada uno se defiende como puede”, apostilla.

Así, ante el temor de que a su marido “también lo podrían secuestrar” y ante la facilitar de tener pasaporte español, cogieron un avión. Y es que, según confiesa ante este diario, “allí me daba miedo vivir”. “No veíamos futuro con Chávez, ni nos veíamos teniendo un hijo allá con esa situación”, reconoce.
De hecho, define a Venezuela como “uno de los países más violentos del mundo, después de casos como el de Siria”, ya que, según expuso, se dan más de 25.000 muertes violentas al año.

Compatriotas
Como ella, cuenta que las 60 familias que forman parte de este colectivo venezolano en Jerez(400 integran el colectivo ‘Venezolanos en Cádiz’, que sí está formalizado como asociación) tomaron la misma decisión por “inseguridad”.
A este elemento se le ha sumadoen los últimos años, según relata, la escasez de alimentos y de medicinas.

Si bien la mayoría de imágenes de protestas que llegan a los televisores españoles  son de la capital, Caracas, la miembro de este grupo comenta que el día a día también es duro en otras ciudades, como la venezolana Valencia, en la que aún residen sus padres.

El relato que le llega es inquietante. “En estos momentos Valencia es un horror. Están saqueando completamente la zona norte. Me acaba de decir mi madre, que no sale de casa por seguridad, que se lo están llevando todo de las tiendas, hasta los muebles”, dice.
Es más, cuenta que hay dueños de supermercados que solo dejan entrar en sus instalaciones grupos de diez personas cada vez, con el objetivo de evitar asaltos.

En cuanto a las protestas, indica que es más de lo mismo, y que la Policía no hace nada. “Hay grupos paramilitares, a los que llaman los colectivos, que atacan a los manifestantes con gases lacrimógenos y perdigones, entre otros materiales”, detalla.

De hecho, hizo referencia a que circulan por redes sociales como twitter e instagram vídeos en los que “una tanqueta arrolla a manifestantes o un policía intenta golpear con su moto” y que los medios venezolanos están “censurados” y “controlados”. Es más, llama la atención sobre que en la urbanización en la que viven sus padres se están organizando para repeler posibles ataques a viviendas ante la falta de productos en los puntos normales de abastecimiento.
Todo ello, en un ambiente que, a su juicio, toma tintes de “guerra civil”.

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