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Miércoles 27/11/2024
 

Jerez

Un grupo inversor se interesa por la compra del edificio de la plaza Esteve

El fondo de inversión, con más del 50% de capital mexicano, negocia con el Ayuntamiento la adquisición del céntrico inmueble para hacer apartamentos turísticos

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  • Una imagen del antiguo edificio del IARA en la plaza Esteve. -

El Ayuntamiento de Jerez está inmerso en las negociaciones con un grupo inversor para la compra del antiguo edificio del IARA (Instituto Andaluz para la Reforma Agraria) de la plaza Esteve.  Según ha podido confirmar este medio, un fondo de inversión, con más del 50 por ciento de capital mexicano, ha mostrado su interés por la adquisición del céntrico inmueble para hacer apartamentos turísticos y aprovechar las vistas que brinda la azotea para habilitar una zona chill out.

Las conversaciones para dar salida a este edificio están muy avanzadas y podrían estar cerca de un acuerdo para dar salida a una operación que se le ha atragantado al Consistorio jerezano, pues acumula tres licitaciones fallidas al no haberse presentado ninguna oferta para su compra desde 2018. Tras haber quedado desiertos los tres procesos de licitación anteriores, de prosperar la negociación, la adjudicación se realizará de forma directa, tal y como permite la Ley de Patrimonio para estos casos, ajustándose siempre a los precios fijados en el pliego de condiciones, que el Gobierno local acabó rebajando de 1,7 a 1 millón de euros. Este sería, por tanto, el montante del que tendría que hacerse cargo este grupo inversor para desarrollar su proyecto en pleno centro de Jerez.

De esta manera, se pondría fin a una operación de compraventa de un edificio que lleva años dando quebraderos de cabeza.  El tercer y último concurso público se resolvía el pasado mes de junio con la misma suerte que los dos anteriores. A la tercera no fue la vencida. Ni la rebaja del precio del inmueble ni la incorporación del uso residencial surtieron el efecto esperado cuando se cumplían dos años de la primera licitación pública. De hecho, en esta ocasión no se exigía ya que el adjudicatario transformara el inmueble en hotel o en apartamentos turísticos –fin que sí mantiene el grupo inversor que se sienta estos días con el Gobierno local- sino que se permitía al futuro propietario el uso residencial para atraer a más compradores.

También para hacerlo más atractivo, el Ayuntamiento optaba por reducir considerablemente el precio mínimo de venta, que en las licitaciones anteriores fueron de 1,7 y 1,3 millones de euros, respectivamente.  Esta vez se pedía por el edificio 1.035.746 euros (sin IVA) y se justificaba la operación de compraventa en la necesidad de obtener “la mayor rentabilidad” del inmueble, “consiguiéndose además la rehabilitación y adaptación de una finca localizada en un edificio situado en el casco histórico de la ciudad”. 

Uso turístico frente a demolición

La construcción cuenta con una superficie de 1.400 metros cuadrados, traspasándose su propiedad libre de cargas y gastos de urbanización y en concepto de “cuerpo cierto”, por lo que no cabrían posteriormente reclamaciones por posibles variaciones en esa superficie o incluso en el estado en el que se encuentre el inmueble.

Frente al uso turístico, y el residencial incorporado en el último concurso público, en el último mandato municipal del PP, con María José García-Pelayo al frente, se abogó por la demolición del inmueble para realizar una remodelación de la plaza Esteve y poner en marcha una terminal de autobuses en un proyecto en el que también estaba involucrado el Consorcio de la Zona Franca de Cádiz, que llegó a firmar un acuerdo con el Consistorio jerezano.

Estos planes, que provocaron división de opiniones, y obligaban a indemnizar a los propietarios de los locales comerciales y a llegar a un acuerdo, no llegaron a buen puerto, y cuando el PSOE llegó al Ayuntamiento en 2015 descartó cualquier idea de derribo. Una decisión que derivó en la constitución de una plataforma, impulsada por Asunico y comerciantes del Mercado de Abastos, para defender el derribo.  Este edificio fue diseñado por el arquitecto municipal Fernando de la Cuadra y se construyó en 1959 por iniciativa municipal.

 

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