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Un equipo de 50 profesionales operan con éxito a un bebé con una obstrucción pulmonar

La plantilla del Hospital Materno de Málaga se ha volcado, para salvarle la vida al pequeño, que fuera fallecido a causa de esta dolencia.

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  • En una semana el bebé y su madre recibieron el alta y se fueron a casa sanos

Un bebé ha sido intervenido con éxito durante el parto en el Hospital Materno Infantil de Málaga ante la sospecha de una obstrucción de la vía aérea pulmonar, en una operación intraútero que ha supuesto la coordinación de más de medio centenar de profesionales de este centro sanitario.
Semanas antes había estado en negación, no quería tocar la ropa de mi bebé. Tampoco preparar la maleta del hospital, algo que las futuras mamás hacen con tanta ilusión, a mí me aterraba
Los estudios de imagen fetal sugerían una obstrucción traqueal, una patología que tras el nacimiento podría causar la muerte del bebé si no era corregida en los primeros momentos de vida del recién nacido.

Una vez alcanzada la edad de gestación suficiente para la madurez del feto, los profesionales abordaron una cesárea programada en el quirófano con la planificación "in situ" de asistencia al recién nacido, ha informado este lunes el Servicio Andaluz de Salud (SAS) en un comunicado.

Los sanitarios eran conscientes de que era preciso un abordaje inmediato antes incluso del clampaje del cordón umbilical, para que el bebé se oxigenara a través del cordón manteniendo la función placentaria, puesto que la posible estenosis de la tráquea podría impedir que el bebe respirara por sí mismo, explica el jefe de servicio Jesús Jiménez.

Ante esta situación, se había previsto que los neonatólogos procedieran en el momento de la cesárea a la intubación ante el riesgo de que el recién nacido no pudiera respirar por la obstrucción traqueal. También fue necesario utilizar fármacos que atravesaran la barrera placentaria para anestesiar al recién nacido de cara a los procedimientos que se iban a realizar.

Una vez el feto fuese colocado sobre la madre, antes del clampaje del cordón, los neonatólogos debían intervenir intubando al feto tras asegurar con un ecógrafo el correcto ritmo cardíaco fetal.
Si la intubación no fuera posible, a continuación, manteniendo la circulación placentaria intraútero, la sección de Neumopediatría realizaría una broncoscopia flexible, por abordaje nasal, para visualizar y diagnosticar la posible anomalía congénita de la vía aérea, así como para realizar intubación guiada con broncoscopio y, si no fuera posible, se intentaría una traqueostomía para permeabilizar la vía aérea.

En caso de que fallaran las técnicas de acceso a la vía aérea, los especialistas de Cirugía Cardiovascular estaban preparados para hacer una pequeña incisión en el lado derecho del cuello para implantar una técnica de soporte denominada ECMO, en la que se provee al paciente de una función extracorpórea de corazón y de pulmón. Si el uso de ECMO quedaba descartado, intervendría el equipo de Cirugía Pediátrica para obtener un acceso aéreo si no se había conseguido por las otras vías. Finalmente, y a pesar de la planificación y coordinación de los equipos, no fue necesario que estos interviniesen, aunque todos ellos estaban preparados y equipados en el quirófano y en su antesala.

El feto nació tal y como estaba previsto mediante cesárea y los neonatólogos realizaron una ecografía de corazón con el recién nacido aún sobre su madre y conectado a ella por el cordón umbilical y, tras comprobar que el ritmo cardíaco era el correcto, dos neonatólogos procedieron a la intubación. "Los neonatólogos atendemos a los recién nacidos al nacer. En este caso, en el que había una malformación de la vía aérea, el procedimiento realizado nos permitió asegurar la vía aérea intubando con la tranquilidad de que al bebé le llega la sangre oxigenada a través de la circulación placentaria", señala la neonatóloga Reyes Roldán.

Cinco días después y tras las pruebas pertinentes para confirmar que el bebé no sufría una obstrucción, el menor recibió el alta hospitalaria junto a su madre, quien asegura que asegura que conocía todos los posibles escenarios. "Semanas antes había estado en negación, no quería tocar la ropa de mi bebé. Tampoco preparar la maleta del hospital, algo que las futuras mamás hacen con tanta ilusión, a mí me aterraba", afirma la madre.

Añade que, dos semanas antes, su ginecólogo le dijo que "iban a desplegar todos los medios disponibles" para que el bebé y ella salieran del quirófano con vida, y destaca el "cariño y calor humano" transmitido desde la primera cita.

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