“Este semestre ha sido especialmente doloroso por el alto índice de animales rescatados en muy mal estado y camadas de lactantes rescatadas del Centro Zoosanitario Municipal o dejadas en la puerta”, lamenta Carmen Manzano, presidenta de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga, quien presentó el balance de actividades de la entidad en el primer semestre del año.
Así, el Refugio de la Spapm rescató durante los primeros seis meses de 2018, a un total de 840 animales. La mayoría, 599, fueron perros, seguidos de 241 gatos y 84 gaviotas, conejos, palomas y tortugas, entre otros animales.
De estos animales, 380 perros fueron entregados por particulares o dejados en la puerta del Refugio, 36 fueron devueltos tras ser adoptados, 87 recogidos a instancias de la Policía Local y 96 rescatados del Centro Zoosanitario. Por su parte, 164 gatos fueron entregados o abandonados en la puerta de la protectora, siete fueron devueltos tras ser adoptados, 19 recogidos a petición de la Policía Local y 51 rescatados del CZM.
Por otro lado, se dieron en adopción 530 perros y 127 gatos. En este sentido, 366 perros y 111 gatos fueron adopciones nacionales; 94 perros y 12 gatos adopciones internacionales; 70 perros y cuatro gatos entregados a sus familias por tener chip; 19 perros y diez gatos eutanasiados; y 18 perros y 42 gatos fallecidos.
Falta de control
El sacrificio cero “pasa, no por controlar y exigir tanto a los que tenemos a nuestros animales en condiciones, sino por inspeccionar zulos de cazadores y criadores ilegales, el control de los legales, control de rehalas, obligación de que las perreras de cazadores dispongan de lo mismo que se obliga a los refugios, y el control de chamizos ilegales que hay por los Montes de Málaga y sus pueblos, llenos de perros de caza en condiciones terribles”, denuncia la presidenta de la Protectora.
Asimismo, afirma que “queda mucho por hacer y somos muy pocos los que ayudamos y muchos los que maltratan, como pueden ser cazadores, ganaderos y taurinos que están unidos en un ‘lobby” que maneja dinero, poder y clientelismo”.
“Los que ayudamos tenemos valor, compromiso, coraje y fuerza, pero eso ni vende ni da votos”, critica Manzano y asegura que “seguiremos luchando porque entiendan que la vida es un viaje de paso, en el que todos somos compañeros y al final quedan los que salvamos, los que protegimos, los que cuidamos y amamos, sean de la especie que sean”.
