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Miércoles 27/11/2024
 
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La sonda Philae no responde al último intento de reactivación y no hay esperanzas de más comunicaciones

Aterrizó en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko en noviembre de 2014 y ya no será posible repetir más intentos

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  • El 67P/Churyumov-Gerasimenko -

La sonda Philae, que aterrizó en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko en noviembre de 2014, no ha respondido a un último intento de reactivación desde la Tierra y ya no será posible repetirlo.

   El cometa 67P se está alejando del sol, y en tan sólo un par de semanas se volverá demasiado frío y tenue para que el módulo de aterrizaje pueda sobrevivir. No se ha sabido nada de la sonda desde julio de 2015.

   Los responsables de la misión en el Centro Aeroespacial Alemán en Colonia enviaron el domingo 10 de enero una señal a Philae para hacer girar su rueda volante interna, una maniobra arriesgada e impredecible que podría moverlo de su lugar sombrío de aterrizaje, con la esperanza de conseguir más luz solar en sus paneles solares. Esta señal no funcionó.

   "No se escuchó nada", dice el responsable del aterrizador, Stephan Ulamec. En el mejor de los casos, Philae puede haber recibido el comando y se movió, pero fue incapaz de responder debido a que su transmisor esté dañado. Sin embargo, los expertos han indicado que, lo más probable es que no se haya recibido la señal.

   "Tenemos que enfrentarnos a la realidad. En algún momento tenemos que aceptar que no vamos a recibir señales de Philae nunca más", ha explicado a New Scientist.

   Orbitando el cometa está el compañero de Philae, la nave Rosetta, que ha explorado la zona de aterrizaje con su cámara. El equipo de Ulamec estudia las imágenes para atisbar cualquier señal de una nube de polvo levantada por el movimiento del aterrizador, pero Rosetta está muy lejos de la roca, y Philae es demasiado pequeño para ser visto directamente.

   Además de la tristeza por la pérdida de la sonda, el equipo también está decepcionado porque Philae puede tener más datos sobre 67P almacenados en su memoria, que ahora se han perdido. "Ciertamente es un poco triste que no hayamos podido recuperar más datos después de la reanudación de contacto en junio", ha apuntado Ulamec.

   Cuando Rosetta llegue al final de su misión en septiembre, los directores de la misión planean situar la nave en una órbita muy baja del cometa, y finalmente aterrizar en la superficie misma. Rosetta debe ser capaz entonces de capturar primeros planos del lugar de descanso final de Philae y poder obtener información adicional para interpretar mejor los datos recibidos.

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