El candidato a la presidencia socialista puso como ejemplo el caso portugués.
El candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, defendió ayer el mantenimiento del calendario de la legislatura y puso a Portugal como ejemplo de que unas elecciones anticipadas no tienen por qué resolver la crisis, cuya causa fundamental ha situado en Grecia.
Rubalcaba intervino ante diputados, senadores y eurodiputados en una reunión celebrada en el Congreso, en la que el candidato del PSOE desgranó las líneas maestras de su proyecto y ha respondido a las preguntas y sugerencias de sus compañeros.
Todos ellos coincidieron en la necesidad de un rearme ideológico del PSOE que permita motivar a los militantes y recuperar electorado, y constataron que la única receta para ello pasa por ofrecer propuestas realistas y creíbles.
Rubalcaba pidió colaboración para hacer llegar el mensaje socialista a los electores porque, según cree, es la manera de poder recuperar la confianza de los ciudadanos.
El debate sobre un hipotético adelanto electoral apenas ha estado presente en el encuentro y ha sido precisamente para constatar la inutilidad de esta discusión y para coincidir en que será decisión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, según explicaron a Efe algunos de los asistentes.
Rubalcaba aprovechó para desmentir a aquellos sectores de la derecha que pretenden difundir la idea de que entre él y Zapatero hay discrepancias sobre la fecha electoral.
De hecho, Rubalcaba y Zapatero hablaron, antes de la reunión, según las fuentes.
Además, puso a Portugal como ejemplo de un país donde el adelanto electoral no ha servido para aliviar la crisis y donde incluso están peor que antes de que la derecha se haya hecho con el poder en unos comicios adelantados y haya aplicado un ajuste más duro.
En una primera intervención abierta a los medios de comunicación, Rubalcaba puso sobre la mesa la importancia de no dejar a medias la tarea europea para cerrar de una vez por todas la crisis griega y apostó para ello por una política económica común.
Incluye esa política la puesta en circulación del eurobono y la creación urgente de una agencia de calificación de riesgos europea.
A su juicio, en la cumbre europea del jueves “de una vez por todas debe quedar resuelta la crisis griega con números creíbles” y “no a medias”, como se hizo con el primer rescate, para poner fin al ataque de los especuladores.
Fue en este punto cuando ha admitido cierta responsabilidad de la izquierda europea en la desregulación actual del sistema financiero, ya que en los años de bonanza no le importó que no hubiera demasiadas reglas.
La economía ha copado buena parte de la quincena de intervenciones y Rubalcaba reiteró su propuesta para que la banca destine una parte de sus beneficios a la creación de empleo, una vez que se complete la reestructuración del sistema financiero.
Partidario de evitar el debate político crispado y acercarse más a los ciudadanos, Rubalcaba ha defendido una reforma electoral en la línea del sistema alemán, con circunscripciones más pequeñas y un resto nacional.
Además apostó por hacer más participativas las Cortes Generales, para que los ciudadanos, en vez de formular sus peticiones por escrito y puedan comparecer en el Congreso.