Al menos 100.000 trabajadores sanitarios, aunque la cifra real podría ser mucho mayor, contrajeron la COVID-19 en el mundo, alertó hoy el Consejo Internacional de Enfermeras (ICN por sus siglas en inglés), que pidió a los distintos gobiernos que publiquen cifras más completas al respecto.
Muchos países en Europa y otras zonas especialmente afectadas por el coronavirus reportaron que más del 10 % de sus afectados por COVID-19 fueron trabajadores sanitarios, y España es el país del mundo que informó de una mayor tasa (19 %), aunque la organización subrayó que es difícil comparar entre países debido a los distintos baremos usados para contabilizar las infecciones.
El consejero delegado de ICN, Howard Catton, matizó al respecto que España sólo reportó la muerte de tres enfermeros o enfermeras a causa de la pandemia, mientras que países con tasas más bajas que la española, como EEUU, Reino Unido o Brasil, informaron de mayores cifras de víctimas.
"La gran diferencia en las cifras muestra lo útil que sería tener información más completa para comprender los riesgos", subrayó Catton en rueda de prensa.
Según el responsable de ICN, al menos 260 trabajadores de enfermería han fallecido en el mundo, otra cifra oficial que seguramente sea sólo una pequeña parte de las víctimas reales.
Mejores datos al respecto "podrían salvar vidas de enfermeras y otros trabajadores sanitarios, pero también mejorar la seguridad de la población general", al entender mejor la expansión del coronavirus causante de la COVID-19, subrayó.
El pasado 12 de mayo se celebró el 200 aniversario del nacimiento de Florence Nightingale, la fundadora de la enfermería moderna, una jornada que la profesión aprovechó para reivindicar su papel en la actual pandemia y recordar que el mundo necesita como mínimo seis millones más de estos trabajadores.
Catton expresó su temor a que muchos países desarrollados intenten paliar este déficit contratando profesionales de naciones en desarrollo, dado que actualmente lugares como India o Filipinas ya son importantes canteras para los hospitales de Europa o Norteamérica.
En los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un 16 % de los enfermeros y enfermeras ya provienen de otras naciones, y si esta tendencia se agrava "podría tener un impacto muy significativo" en aquellos "con redes sanitarias más débiles", afirmó.
Catton también aprovechó para denunciar los ataques verbales o físicos que algunos trabajadores sanitarios han sufrido en la actual pandemia, y en ese sentido la enfermera mexicana Alison Salgado, actualmente afectada por COVID-19, mencionó casos ocurridos en su país.
"Estamos preocupados, porque en la calle nos han llegado a tirar cloro, café ardiendo... la gente tiene un miedo terrible y nos rechaza", declaró Catton, quien denunció que muchos enfermeros y enfermeras en México se ven obligados a trabajar sin el equipamiento adecuado ni el apoyo del gobierno.
Aseguró que las autoridades mexicanas no están dando las verdaderas cifras de afectados por la enfermedad entre el personal médico, y añadió que muchos de ellos "trabajan con miedo y preocupación de contagiarse y contagiar a sus familiares".