Esta nueva obra del artista, elaborada con aluminio y que lleva por título La mano de Dios, mide cuatro metros de largo y pesa 400 kilos.
La última creación de Lorenzo Quinn forma parte del festival de Westminster de escultura en la calle, que se celebra en la capital británica desde 2010.
La galería Halcyon, que se encarga de la representación del artista, justificó la ausencia de Quinn en el acto de inauguración de su obra en la capital británica debido a la reciente muerte repentina de uno de sus trece hermanos, el actor Francesco Quinn, el pasado 5 de agosto por un ataque la corazón mientras caminaba cerca de su casa en California (Estados Unidos).
La estatua presentada durante la pasada jornada, y que permanecerá expuesta durante tres meses en una céntrica calle de Londres junto a Hyde Park, representa a un hombre desnudo y pensativo que descansa sentado en una enorme mano, una parte del cuerpo que se ha convertido en uno de los elementos más identificables del trabajo de este extraordinario escultor.
“Esta escultura es un claro ejemplo de la relación entre lo real y lo trascendental. Trata sobre la búsqueda de una vida espiritual”, según valoró en declaraciones durante la pasada jornada Consuelo Císcar Casabán, directora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM).
Quinn, que reside y tiene su estudio en la ciudad condal, se inspiró en un conocido poema llamado Huellas, de un escritor anónimo.
Dicho escrito trata sobre un hombre moderno que busca en la mano de Dios el confort y la paz que necesita en un momento difícil, explicó a Efe una portavoz de la galería Halcyon.
El artista, de 45 años, ha centrado una parte importante de trayectoria artística en esculturas monumentales elaboradas para ser expuestas al aire libre y se encuentran instaladas en numerosas ciudades alrededor del mundo.
