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Lunes 25/11/2024
 
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Ronda

La Plataforma Nuevo Hospital denuncia el 'colapso' de la UCI del Hospital

Dicen que el control de la pandemia cuenta con medios defiecientes.

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  • HOSPITAL -

La Plataforma nuevo Hospital Ronda ha colgado en su web un escrito en el que denuncian el ‘colpaso’ de la UCI del Hospital de la Serranía. Dicen lo siguiente: «Con una Atención Primaria desbordada, abandonada a su suerte, con unos Servicios de Salud Pública insuficientes al igual que el número de rastreadores que permiten, junto a otras medidas, afrontar con garantías el control de la pandemia de la covid-19, que ha alcanzado en nuestra Serranía niveles desconocidos en la primera ola. Como resultado de todo ello, y de la caída de la atención sanitaria programada no covid-19, la presión asistencial especialmente en determinadas áreas de nuestro Hospital como Urgencias (y de Atención Primaria), Medicina Interna y la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), ha aumentado considerablemente que en el caso concreto de la UCI le ha llevado al colapso técnico en estos días.

Desde esta Plataforma se denunció el diseño de la UCI no acorde con las recomendaciones del Ministerio de Sanidad, estamos hablando de un hospital nuevo. En 2016, antes de su apertura, fue aprobada la proposición no de ley 10-16/PNLC-000289 por la Comisión de Salud del Parlamento de Andalucía -con los votos favorables de PP y Ciudadanos-, en la que se instaba al Gobierno andaluz a su adaptación. Seguimos esperando.

La Unidad de Cuidados Intensivos de nuestro hospital abrió sus puertas con seis camas. Con la entrada de la «nueva normalidad» y en previsión de una nueva ola, el número de camas de UCI tenía que ser incrementado. Según las indicaciones del Ministerio de Sanidad nuestro hospital que atiende a una población de al menos unas 85000 personas debería contar con unas 12 camas (mínimo 1,5 camas por cada 10 000 habitantes).

A comienzos de junio, desde la Dirección Gerencia se comunicó que ya disponíamos de ocho camas de UCI y que en el horizonte próximo estaba la ampliación a 10 camas. ¿Qué ha pasado?, pues que lo que se afirmó con tanta rotundidad no se atenía a la verdad. Pudieron rectificar con un simple comunicado, pero no lo hicieron.

Este pasado verano, como consecuencia de la falta de medidas preventivas adecuadas, estuvieron expuestos a pacientes covid-19 un número importante de profesionales que tuvieron que ser confinados, el déficit de profesionales ocasionado provocó sendos cierres técnicos de la UCI, en agosto y septiembre.

¿Cuál es el estado actual de la UCI?: aunque ya han finalizado en estos días las obras de ampliación de la UCI, las tan deseadas y cacareadas dos camas, se están llevando a cabo obras de mejora en los restantes habitáculos, que permitirán aumentar la seguridad de pacientes y sanitarios.

Qué está pasando en estos días? (téngase en cuenta que esta realidad es muy cambiante):

La UCI está técnicamente llena y ocupada por pacientes afectados por la covid-19.

Las obras de mejora de los restantes habitáculos están prácticamente paralizadas, pues no se pueden hacer ciertas actuaciones con pacientes ingresados.

Hay o han habido pacientes de UCI (no covid-19) ingresados en la zona de recuperación quirúrgica u Observación de Urgencias.

Han comenzado los traslados de pacientes a nuestro hospital de referencia por ausencia de camas disponibles o en previsión de requerirlas.

Hay pacientes ingresados en Medicina Interna que apuntan a que en los próximos días requieran ingreso en UCI.

Además, aparecerán otros pacientes, no covid-19 y covid-19, que tendrán que ser trasladados porque no haya camas para ellos; y, ¡ojalá! que no ocurra un grave accidente o catástrofe.

Tras varios meses de pandemia, los responsables del SAS han demostrado su falta de previsión y diligencia para que nuestra Sanidad Pública disponga de los medios necesarios para afrontarla, y atender otras necesidades sanitarias distintas de la covid-19, ahí están las impresentables listas de espera cuya cuantía ni ellos mismos deben conocerla.

¿Quién pagará este despropósito y desastre?, pues como es habitual: los pacientes, familiares y los profesionales sanitarios, ayer aplaudidos por todos y ahora vilipendiados por algunos y ninguneados por una Administración que, en vez de esforzarse en reforzar nuestra Sanidad Pública, ha optado abiertamente por continuar y profundizar en este ninguneo al profesional instaurando normativas que vulneran sus derechos laborales.

Han tenido meses para prepararnos para la segunda ola y no han hecho casi nada. Sus intereses tendrán».

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