La calle Real se ha despertado esta mañana con una imagen distinta a la habitual de cada día puesto que el cartel de Soberano de la empresa
González Byass poco a poco a ido desapareciendo con el desmantelamiento de una estructura con seis decenios de existencia y que terminará en la basura, salgo el slogan del propio restaurante que será guardado por sus propietarios.
Cabe recordar que todo se iniciaba hace poco más de un año con una campaña en la que se solicitaba la recuperación del luminoso al igual que había sucedido con el que está situado en la Puerta del Sol de Madrid. La empresa propietario del cartel, es decir,
González Byass aceptó la propuesta de iniciar los trabajos necesarios para intentar proceder su recuperación. En el camino se metió por medio el Ayuntamiento, que se sumó a esta iniciativa popular. Sin embargo, un informe posterior elaborado por la propia empresa determinó que no estaba en las condiciones idóneas y que era necesario retirarlo por motivos de seguridad.
Esta mañana ya se ha procedido a su retirada ante al asombro de los muchos paseantes que pasaban a primera hora de la mañana por la calle Real. La decisión no ha sentado nada bien a los dueños de
La Mallorquina, quienes hacen un año precisamente pidieron presupuesto para poder proceder a su restauración que apenas rondaba los 3.500 euros y, sin embargo, ahora desaparecerá por completo.
Un acuerdo a tres bandas
La empresa González Byass ha adquirido el compromiso con el Ayuntamiento de analizar la situación y tiene la clara intención de poner un nuevo luminoso eficiente y acorde con el entorno urbano con el que tiene que convivir en la que la principal arteria de la ciudad. Al respecto, se tendrán que sentar en la misma mesa la firma, el Gobierno local y el dueño del edificio sobre el que hasta ahora se asentaba el cartel de Soberano. Y es que la empresa tiene claro que antes de acometer la colocación del nuevo rótulo tiene que contar con todos los parabienes, es decir, que no va a haber problemas administrativos y, sobre todo de índole urbanístico, además de dejar cerrado que la instalación del luminoso no le va a conllevar gasto alguno ligado a la ocupación de dicha propiedad privadad. La voluntad exista, ahora sólo falta que realmente se cumpla.