Ocho y media de la tarde. Viernes de Dolores. Playa de Las Piletas, en Sanlúcar de Barrameda. Un helicóptero de Vigilancia Aduanera solicita refuerzos al verse acorralado por un grupo de personas que acude a la playa, donde una planeadora que intentaba introducir un cargamento de hachís en las costas gaditanas ha varado.
La llamada se produce horas más tarde de que un anónimo informara de una traspaso de hachís frente a las costas de la vecina localidad de Chipiona, desde una embarcación semirrígida de 10 metros de eslora a otras dos lanchas. El helicóptero y una embarcacioón de Vigilancia Aduanera vienen siguiendo la pista a dos embarcaciones que, de forma simultánea y aún con los últimos rayos del sol fuera, intentaban introducir droga en la península, procedentes de Marruecos. La situación se complica cuando llegan a la desembocadura del río Guadalquivir, principal puerta de entrada del hachís procedente de Marruecos hacia Europa.
Los narcotraficantes tenían previsto alijar en las costas de Huelva, pero la presencia del helicóptero de Vigilancia Aduanera frustra sus planes. Una de las planeadoras encalla en el coto de Doñana en su huída, arrojando al mar los fardos de droga y evitando los lugares en los que los cuerpos de seguridad habían establecido dispositivos en previsión de la entrada de un importante cargamento de hachís.
La otra ‘goma’ , como denominan a las lanchas que utilizan los narcotraficantes para introducir el hachís, se dirige hacia la playa de Sanlúcar. Desde el helicóptero desciende una funcionaria de Aduanas que no consigue evitar que el conductor de la planeadora consiga escapar. Es más, la presencia de un numeroso grupo de personas en la playa, que comienzan a tirarle arena y piedras, provoca que soliciten refuerzos a la Comisaría de Policía de Sanlúcar y al cuartel de la Guardia Civil al intentar agredir a la funcionaria de la Agencia Tributaria. Hasta el lugar acude una patrulla de Guardia Civil con dos funcionarios a los que los presentes arrojan piedras para disuadirlos y conseguir hacerse con el alijo. Otra patrulla de Policía Nacional acude a la playa así como varios agentes de la Policía Local, quienes establecen un cordón de seguridad consiguiendo finalmente restablecer el orden y evitar el robo de la droga.
La situación vivida recuerda a la que se produjo apenas unos kilómetros más adelante, en diciembre de 2012, en la playa de Bonanza, cuando ante la incapacidad del observador que viajaba en el helicóptero de Vigilancia Aduanera, un grupo de vecinos consigue hacerse con el alijo de hachís pese a la presencia de los cuerpos de seguridad a los que lanzaron piedras. Ningún detenido y ni rastro de la droga, que se vende incluso esa misma noche según testimonios de vecinos de Bonanza.
En aquella ocasión, los vecinos consiguieron llevarse los 80 fardos de hachís, unos 2.000 kilos de droga. Esta vez, Vigilancia Aduanera ha intervenido las embarcaciones y unos 1.200 kilos de hachís de la planeadora que llegó a la playa de Las Piletas y otros 4 fardos de la embarcación encallada en el Coto de Doñana. Ninguno de los triuplantes de las embarcaciones pudo ser detenido. La operación, de la que se encarga el juzgado número 2 de La Palma del Condado, en Huelva, continúa abierta.
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